No estoy delgada por ser vegana

Siempre he sido delgada, desde pequeña. Jamás he pasado de los 50 kilos de peso, y actualmente peso alrededor de 47, algo que no puedo afirmar con mucha exactitud porque casi nunca me peso. Es más, en mi casa no hay báscula. La gente que me conoce sabe que esta ha sido mi constitución desde que nací, pero aún así, hay personas que, aún sabiendo esto, achacan mi forma física a la alimentación basada en plantas.

Por supuesto, este tema no me obsesiona. Nunca he tenido problemas con mi cuerpo, ni siquiera cuando en el colegio o en el instituto me llamaban «palillo» o «lapicero», aunque alguna vez este tipo de comentarios me hacían desear tener más peso. Pero en general, me daba igual, así como ahora me da igual lo que opinen de mí, pero empieza a molestarme que terceras personas me hagan comentarios relativos a mi cuerpo, independientemente de su intención, quizá porque actualmente tengo más información sobre esto que antes. Y es que quizá a mí no me afecte que me digan que estoy delgada o que he engordado, pero puede que a otras personas sí. De hecho, puede que haya quienes dejen de tener una buena relación con la comida por este tipo de cosas.

Sin embargo, estos comentarios han estado presentes en mi día a día desde que tengo uso de razón. De pequeña, muchísima gente me decía que no comía sin tener ni idea. La realidad era que me encantaba comer, como hoy lo sigo disfrutando. En todas mis comidas y cenas, comía hasta saciarme, aunque es cierto que, como si estuviera destinada a ser vegana algún día, la carne, y sobre todo el pescado, me gustaban poco. De hecho, prefería mis dos platos de lentejas, de alubias o de macarrones antes que un primero de este tipo y un segundo de carne o pescado (también es verdad que odiaba alimentos que hoy amo, como la coliflor). A pesar de eso, comía de todo, siguiendo ese consejo erróneo que tantas veces me han dado: «hay que comer de todo». Y digo erróneo porque la gente, al decir eso, se refiere a todos los grupos de alimentos, cuando debería referirse a todos los nutrientes.

Todavía hoy me siguen diciendo que no como. Por supuesto, quienes dicen esto son personas que no saben nada, pero hacen tal afirmación por el simple hecho de observar mi cuerpo. También hay otra gente que me hace este comentario cuando me ofrece algo de origen animal y lo rechazo. Pero obviamente, eso no tiene nada que ver con la cantidad de comida que ingiero o dejo de ingerir, sino con que soy vegana.

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En mi época de estudiante, trabajé en un restaurante, como ya he contado en alguna ocasión. Solo iba los fines de semana o en vacaciones, y cuando había pasado bastante tiempo sin ir, una de las jefas siempre tenía que hacer el comentario: «estás más delgada», o «has engordado un poco desde la última vez». Solía hacerlo también con otras chicas que trabajábamos allí. La otra dueña del establecimiento tampoco desaprovechaba ninguna oportunidad para decirme: «no comes» o «te vas a morir».

Y cuando me hice vegana y se lo dije a mi compañera de piso, tampoco tardó en decirme: «estás más delgada». Pero no fue la única vez que me lo dijo, y eso que me conoce desde pequeña y sabe que siempre he sido delgada, solo que al enterarse de que me había hecho vegana, parece que olvidó ese detalle y asoció mi peso con lo que comía. Sí que es verdad que en aquel momento, me obsesionaba bastante con comer sano, pero eso no me afectó para nada en cuanto a adelgazar o engordar más. Recuerdo especialmente un día que me dijo que los pantalones que llevaba puestos me quedaban menos ajustados que antes. ¿No sería porque esos pantalones eran de cierta marca low cost, de esos que no duran nada y se ceden con pocos usos? Al final, se trata de lo mismo de siempre: rechazo al veganismo.

Otra frase que he escuchado bastante es: «¿estás a dieta?», no sé si por ser vegana, por ser delgada, o por ambas cosas. Lo cierto es que no, jamás he estado a dieta, siempre he comido lo que me ha apetecido, y ahora hago lo mismo, solo que he excluido los alimentos de origen animal de mi alimentación, lo cual no echo de menos para nada. Además, el veganismo tampoco es ninguna dieta. Eso no quiere decir que haya personas que, al hacerse veganas, adelgazan. Puede ocurrir si de repente cambian de una alimentación basada en ultraprocesados llenos de grasas saturadas a una alimentación basada en plantas en la que abundan las frutas, verduras, cereales, legumbres, frutos secos o semillas y los ultraprocesados pasan a ser ocasionales. Pero no es ninguna norma.

También se puede ser una persona vegana y llevar una alimentación poco saludable, comiendo salchichas vegetales y productos azucarados a diario, porque vuelvo a repetir, el veganismo no va de eso. Personalmente, considero que llevo una alimentación equilibrada, pero tampoco me da miedo añadir azúcar al café; y pruebo cada alternativa vegetal a la carne que hay en el mercado, independientemente de sus ingredientes; también como gominolas veganas de vez en cuando; y hago pasteles con azúcar blanco, o a veces utilizo sirope de agave, a sabiendas de que es exactamente lo mismo que el azúcar.

El hecho de ser vegana no tiene nada que ver con estar delgada, y nadie debería opinar sobre el cuerpo o el aspecto físico de otras personas. Sé que seguiré oyendo este tipo de comentarios. Sé que muchas personas que no saben que soy vegana dirán algo al respecto de mi peso cuando se enteren de que lo soy. Otras me dirán a la cara que me hace falta carne o que me hace falta más chicha. Me da igual, pero por favor, ahorraos ese tipo de comentarios.

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