No hace falta que digamos que queremos cambiar el mundo. No hace falta que digamos que nos encantaría que todos fueran veganos. Siempre habrá alguien para decirnos a quienes hemos sacado de nuestra alimentación lo productos de origen animal que no todos pueden serlo y que el veganismo es imposible. Pero más allá de lo verdadero o falso de esta afirmación, lo que hay es una de las tantas excusas en las que la gente se escuda para justificarse.
No es ninguna mentira que en el mundo hay muchos contextos y muy diferentes, que hay personas que aún cazan todo tipo de animales para comer; que en ciertas zonas donde apenas hay vegetación, la población local se alimenta de animales; o que hay quienes solo pueden alimentarse con lo que tienen a su disposición, y esto a veces es carne. Ahora bien, ¿podemos extrapolar todo eso a nuestro contexto? Evidentemente, no. Porque nosotros no cazamos para sobrevivir. De hecho, nos asquearía bastante tener que comer ciertos animales que en otras partes del mundo se comen porque es lo que hay, como algunos reptiles o insectos. Y sobre todo, porque disponemos de un montón de alimentos donde elegir.
Toda esa gente que algunas personas occidentales utilizan como excusa para no ser veganas no es la que está destruyendo el planeta, ni ha inventado las macrogranjas o los mataderos, ni es la mayoría, ni tiene el supermercado a la vuelta de la esquina para elegir qué quiere comer y qué no. ¿O es que alguien diría que como ellos cazan cocodrilos para alimentarse, nosotros también? ¿O que como ellos comen un determinado tipo de alimentos, nosotros no podemos rechazarlos cuando tenemos donde elegir?
Es pura hipocresía compararse con personas que viven en la selva cuando vamos al supermercado cada semana y elegimos carne envasada en lugar de salir al bosque a cazar. También lo es compararse con personas sin recursos cuando tú no lo eres o cuando son precisamente los vegetales los alimentos más baratos del mercado. O incluso en el caso de quienes no tienen dinero y acuden a comedores sociales, donde comen lo que les ponen, no podemos compararnos si no es nuestra propia situación. Y seguramente, quienes se escudan en personas sin recursos para descalificar el veganismo no son, ni de lejos, este perfil.
El hecho de que haya quienes no tienen la posibilidad o la tradición de alimentarse a base de plantas no va a cambiar que yo sea vegana. Y ya me canso de explicar todo esto constantemente, seguido de respuestas a otras excusas como: «siempre se ha comido carne«, «la agricultura también mata animales», «el mundo entero no puede ser vegano porque habría que talar bosques», «las plantas también sienten», etc.
Creo firmemente que si aumenta el número de personas veganas, disminuye el maltrato animal. Es obvio que a todos los que somos sensibles con este nos gustaría que desapareciera de la faz de la tierra, pero también sabemos que los humanos y toda nuestra actividad tenemos un impacto, y que el sufrimiento de los demás animales no se va a reducir a cero. ¿Eso implica que sigamos perpetuando el maltrato? ¿Eso justifica la existencia de granjas y mataderos? ¿Justifica la explotación animal? Desde luego, no.
Por favor, si no quieres se vegano, admite que es por egoísmo, pero no pongas excusas que no se sostienen. Yo también viví una época en la que sabía acerca de la crueldad de la industria láctea y la de los huevos, pero los seguía consumiendo por comodidad. Cuando iba a un bar y me apetecía un pincho me pedía el de tortilla de patata, que suele ser la única opción vegetariana, mientras que ahora opto por quedarme con hambre y pedir el café solo o un zumo. Mi gusto personal me llevaría a pedir la tortilla y el café con leche de vaca, por puro egoísmo. No hay excusas, y así lo reconocía entonces, hast que di el paso.
lazonaveggie.com 