Cenas con cuñados que no dejan de repetir que las plantas sienten y que los leones comen carne, comidas con cuerpos de bebés cocinados al horno en el centro de la mesa, cenas de empresa en asadores, cabalgatas con camellos y elefantes reales, belenes vivientes con burros y cabras, perros y gatos en los escaparates de las tiendas de animales, mercados repletos de animales muertos al poco tiempo de nacer y marisco a precio de oro con largas colas para comprarlos… Digamos que la Navidad no es un momento del año cómodo para muchas personas veganas, aunque es cierto que hay muchas formas de celebrarla (o no), y diferentes contextos.
También es verdad que independientemente de la forma como cada uno vivamos estas fechas, no siempre es fácil escapar de determinadas situaciones. Algunas personas veganas recibimos, año tras año, una caja de bombones de chocolate con leche como regalo, y no necesariamente de gente que no sabe que somos veganas. Otras veces, nuestra madre comprará polvorones y mantecados que no podremos comer, aunque por suerte, cada vez hay más opciones de estos dulces sin ingredientes de origen animal. Tal vez nuestro primo pequeño nos pida que lo acompañemos a la cabalgata para ver a los camellos. O nos resulte inevitable ver a esos cerditos, corderos o cabritos muertos. O a esos crustáceos moviéndose entre el hielo, que después serán hervidos vivos.
Pero vivimos en un sistema especista, y también consumista, y tal vez la Navidad sea el mejor ejemplo de ello, así que tendremos que lidiar con este momento del año de la mejor manera posible, tanto si decidimos no formar parte de esta tradición como si somos los primeros en decorar el árbol cada año. Es por eso que tal vez puedan ayudarte los siguientes consejos, sobre todo si son tus primeras «navidades veganas».
1. No tienes que acudir a celebraciones donde no te sientes cómodo/a
Al igual que no acudes a una corrida de toros o a una pelea de gallos, no tienes que formar parte de tradiciones donde no te sientes bien. Si en una cena familiar nadie te tiene en cuenta y sabes que te van a atacar por ser una persona vegana, si en una comida entre amigos o de empresa deciden reservar en un asador, si quienes te rodean no te respetan, puedes optar por quedarte en casa.
Piensa que seguramente, si acudieras sería solamente por quedar bien, por no ser el blanco de las críticas (aunque lo serás igualmente por no comer alimentos de procedencia animal), o por hacer lo que se ha hecho siempre. Pero no lo harías por ti, sino por otras personas con las que ni siquiera te sientes cómodo/a, porque en el fondo, sabes que el tema del veganismo va a salir sí o sí.
2. Escoge eventos sin animales
Si tienes que llevar a tus hijos o a tus hermanos pequeños a la cabalgata o a ver un belén viviente y tienes la opción de acudir a uno donde no se utilicen animales, opta por este. Es probable que los niños prefieran ver camellos, caballos o elefantes, por lo que lo mejor es explicarles que estos no deben ni quieren estar ahí, rodeados de ruido, de gritos, de gente y constantemente golpeados por caramelos.
Si no tienes esta posibilidad, al igual que en el punto anterior, lo mejor es quedarse en casa. O tratar de convencer a tu ayuntamiento para que no utilice animales durante las celebraciones navideñas. Las redes sociales son buenas aliadas para ello, y difundir a través de estas también puede ayudar a que otras personas se conciencien sobre esto.
3. Y si decides acudir a la cena familiar…
Es buena idea llevar tus propios platos. Una lasaña o una quiche son opciones perfectas para estas fechas. Ten por seguro que a todos los presentes les llamará la atención tu comida, y tal vez se sorprendan al no ver lechuga por ninguna parte. También puedes intentarlo con el postre. Dependiendo de la receptividad de tu familia, puedes cocinar para todos o solo para ti.
Pero no tienes que cocinar algo muy especial si no es lo tuyo o si, sencillamente, no te apetece. Al final, solo es una cena más, y lo importante es que te sientas bien, independientemente de que te comas unas albóndigas de soja texturizada en salsa de vino blanco o unos macarrones con tomate frito.
4. Pide que te tengan en consideración
Si te resulta demasiado fuerte ver a un cordero entero en medio de la mesa, pide a tus familiares que no lo presenten de esta manera.
De igual manera, puedes tratar de pedir que quien cocine prepare algún plato cien por cien vegetal, o que ponga dos opciones de postre, uno de ellos sin ingredientes de origen animal. Es lo mínimo, teniendo en cuenta que al menos una de las personas presentes es vegana, y no es tan difícil hacer una compota o un arroz con leche de avena, productos que a veces ni siquiera es necesario cocinar, pues se encuentran en cualquier supermercado.
Si tu familia no está dispuesta ni siquiera a comprar un plato preparado vegano para que no te quedes sin cenar, a lo mejor es buena idea no acudir.
5. Evita la discusión
En toda familia hay un cuñado que afirma que comer carne es la cadena alimenticia, que se apiada del tomate de la ensalada, que hace referencia a la tribu que caza para sobrevivir, o a los leones que lo hacen, que cree que el veganismo es absurdo porque todo el mundo no va a ser vegano, que se acordará de la dieta que le das a tu perro o que te advertirá de los riesgos para la salud de no consumir carne, leche o huevos.
Y no tienes que contestarle si no sabes cómo; o si sabes perfectamente la respuesta, pero no te apetece discutir con alguien que buscará una excusa detrás de otra para no aceptar que lo ético es el veganismo. Lo peor de todo es que a veces el cuñado estará arropado por otros comensales, lo que será realmente agotador. Las respuestas cortas, cambiar de tema o ponerte a conversar con cualquier otro de los presentes ayudarán a que dejen de insistir.
6. Ayudar a los animales también es posible en Navidad
El sufrimiento de los animales de consumo en estas fechas es aterrador, pero también se puede ayudar a otros seres sintientes en Navidad, por ejemplo, colaborando con algún santuario que rescate animales considerados de granja, o con cualquier protectora o refugio.
Puedes hacerlo a través de una donación puntual, haciéndote socio o socia o comprando en sus tiendas, pues la mayoría disponen de merchandising. Incluso puedes optar por comprar los regalos que hagas a tus seres queridos en una de estas tiendas benéficas, que, por cierto, también suelen disponer de calendarios y agendas que te vendrán bien para el año que va a comenzar.
Y para quienes llaman a tu puerta con una caja de bombones de chocolate con leche, ten preparada una caja de bombones veganos, y así les das una idea para las próximas navidades.