Más de medio siglo es el período que la orca Lolita lleva cautiva en el Miami Seaquarium, el parque marino donde durante casi toda su vida ha sido explotada para participar en espectáculos y entretener al público que paga su entrada para ver a animales como ella haciendo piruetas. A los niños les encantan estos shows, tal vez porque nadie les explica el sufrimiento que supone para un cetáceo vivir en cautividad.
Después de 50 años, Lolita saldrá del Miami Seaquarium y podrá volver a nadar libre, una decisión aplaudida por algunas personas y muy criticada por otras. Muchas de estas últimas pertenecen al ámbito de la biología o la veterinaria, así como a trabajadores de parques marinos. Es normal, su liberación supone un golpe a un sistema de explotación establecido que a algunos les interesa mantener.
Al margen de esto, es probable que sean más las voces opuestas a su liberación que las que hemos mostrado nuestra alegría ante la noticia. Solo hay que ver los comentarios en las redes sociales de los medios que la han anunciado para darse cuenta de que la gente no quiere que Lolita sea libre. ¿Por qué?
«No se puede liberar a un animal que lleva toda su vida en cautividad»
Este es uno de los argumentos que más se repiten cuando se habla de la liberación de Lolita. Y realmente, es cierto que la gran mayoría de los animales rescatados del mascotismo, de zoológicos o de circos pasan el resto de su vida en refugios o santuarios dedicados al cuidado de estos porque dependen de los seres humanos para sobrevivir.
Sobre Lolita, se dice que no sabe cazar y que está acostumbrada a esperar a que los humanos le aporten su comida cada día. Es probable que ni siquiera hubiera tenido tiempo para aprender a conseguir sus propios alimentos en el poco tiempo que vivió libre después de nacer. Pero esto no significa que la orca no pueda aprender a valerse por sí misma, y por supuesto, el plan para su liberación tiene este factor en cuenta y por ello también se invertirá tiempo en hacer todo lo posible para que Lolita vuelva a comportarse como una orca.
«Abandonar a un animal a su suerte»
No son pocas las personas que creen que Lolita será arrojada al mar para que se busque la vida, como el que echa a volar a un pájaro al que ha encontrado herido tras curarlo.
Pero no. Solo con un poco más de intención podemos informarnos de verdad. La orca vivirá primero en una especie de corral marino junto a dos delfines, período durante el cual se preparará para su reincorporación al océano, junto a su familia.
¿Si es posible capturar a una orca y enseñarle a hacer piruetas como un acróbata, por qué no lo es devolverla al mar y enseñarle a ser una orca?
«Lolita es mayor»
Lolita tiene 57 años, y aunque en libertad las orcas pueden alcanzar los 90 años, su esperanza de vida se reduce considerablemente en cautividad. Paradójicamente, los defensores de su cautiverio afirman que liberarla es un error porque ya es mayor y ello provocará su muerte.
No sabemos si Lolita llegará a los 90 años o si tan solo vivirá unos meses tras su liberación, o si alcanzará otra década de vida, pero lo que sí es seguro es que muchos de nosotros preferimos un año en libertad a toda nuestra vida en una cárcel. Lolita también lo prefiere.
Además, el cautiverio no garantiza que vaya a vivir más que en libertad (ni que sea más feliz). De hecho, la cautividad, como ya hemos dicho, se asocia con una disminución de la esperanza de vida de las orcas, así como con otros problemas que afectan a estos animales. Y realmente, no es tan importante el número de años que siga viva, sino la calidad de su vida.

«Lolita está mal de salud»
También se ha hablado mucho de los problemas de salud de Lolita. Pero nuevamente, ¿alguien cree que quienes han diseñado todo un plan para su liberación no tienen esto en cuenta?
Aunque Lolita nade kilómetros, siempre estará ubicada. No se le va a perder la pista y su salud se mantendrá controlada.
Hay quienes han culpado al Miami Seaquerium por permitir la liberación del cetáceo porque ya hace más de un año que no lo utilizan en ningún espectáculo, algo en lo que pudieron influir esos problemas de salud, y por tanto, ya no les es rentable. Puede que esto tenga que ver, o puede que sencillamente, quieran lavar su imagen, pero no es el Miami Seaquarium quien la va a liberar, o lo que es lo mismo, no son sus explotadores quienes la van a liberar. Si así fuera, tal vez tendríamos de qué preocuparnos.
«¿Y si no lo logra?»
Lolita sí lo va a lograr. Aunque no aprenda a cazar. Aunque nunca se integre en un grupo de orcas. Aunque no reconozca a su familia si se reencuentra con ella. Aunque se acerque a los humanos porque los asocia con quienes le prestan alimento. Aunque persiga a los barcos. Aunque no viva demasiado tiempo.
Es más, Lolita ya lo ha logrado. Lolita ya es un ejemplo. Lolita ya ha dado la vuelta al mundo desde el pequeño estanque en el que se encuentra retenida en Miami. Lolita ya es la representación de todo lo que está mal en los parques marinos y de lo que debería hacerse con todos los cetáceos que en ellos se mantienen.
Muchas personas se preocupan ahora por Lolita ante su futura liberación, pero jamás han mostrado ni siquiera un poco de preocupación en los 52 años que lleva sufriendo dentro de una piscina.
Un comentario en “Por qué nadie quiere que Lolita sea libre”