El animal está acostumbrado a la presencia humana y desde hace tiempo acompaña a un vecino de La Vecilla (León) por elección propia

El país entero se ha volcado, en los últimos días, ante una nueva injusticia que las administraciones planean cometer contra un animal. Se trata de la cierva Pepa, que se ha hecho inseparable de un vecino del municipio de La Vecilla (León), al que sigue a todas partes. Tras una denuncia, la Guardia Civil ha sancionado al hombre, llamado Javier, y ha reclamado el traslado del animal a un coto de caza. Gracias a la implicación de la Asociación Empatía, más de 30000 personas han firmado contra esta injusticia.

«Pepa es una cierva mansa, habituada a la presencia humana, que no causa daño ni problema a nadie», señalan desde la asociación. Aclaran también que nadie ha retenido al animal: «Ha sido Pepa quien decidió quedarse«.

La Asociación Empatía pide que se estudie la regularización de la situación para que Pepa pueda quedarse con Javier cumpliendo los requisitos legales. Ya se ha iniciado el procedimiento administrativo necesario para ello, pero como segunda opción, el Santuario Vegan se ha ofrecido a acoger a la cierva y proporcionarle un entorno seguro.

«Lo que no es aceptable es que se lleven a Pepa a una reserva cinegética o a una finca de caza. Por su comportamiento confiado y cercano a las personas, eso supondría poner su vida en el punto de mira de las escopetas de los cazadores», apuntan desde Empatía.

El caso de Javier y Pepa ha tenido una gran repercusión y ha saltado a algunos de los principales medios de comunicación, tanto en Castilla y León como a nivel nacional. La presión social será crucial para evitar que el destino de Pepa sea el mismo que el de ciervo Carlitos en la vecina Zamora.

La Asociación Empatía señala que todas las firmas que se recojan se entregarán al Servicio Territorial de Medio Ambiente de León.