La explotación ya es parte del pasado para tres palomas rescatadas de una subasta

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Las aves eran utilizadas para competiciones

Tres palomas que iban a ser subastadas en el British Homing World Show of the Year, un evento en el que cada año se exhiben, venden y subastan estas aves y donde se reúnen criadores y aficionados a las competiciones con ellas, viven ahora felices en el santuario Little Green Pigeon, ubicado en Gales, después de que activistas de PETA pujaran por ellas para salvarlas de la explotación. Las palomas, que fueron criadas en un palomar propiedad del rey Carlos III en Sandringham, ahora tienen nombre: Vera, Dover y Cliff.

Los tres nombres tienen una motivación especial, puesto que hacen referencia a la canción The White Cliffs of Dover y a su cantante, Vera Lynn (1917-2020), que en ella hace un homenaje a las palomas que fueron utilizadas en la Segunda Guerra Mundial. Lynn llegó a tachar las carreras de palomas de «pasatiempo cruel»

En el siglo XXI, siguen organizándose carreras de palomas, víctimas de todo un sistema de explotación en el que muchas aves se usan como máquinas reproductoras para utilizar a sus crías en competiciones, en ocasiones obligándolas a viajar a terceros países donde a veces quedan abandonadas o donde tienen que volar largas distancias para regresar a Reino Unido. Muchas no llegan, ya que pueden sufrir lesiones, colisiones o electrocuciones en tendidos eléctricos, y el índice de muertes en el Canal de la Mancha es tan alto que incluso los aficionados a estas carreras lo consideran un «cementerio». Otras son trasladadas sin sus parejas, pichones o huevos para incentivarlas a volver y superar así la competición. Cuando ya no sirven, su destino es la muerte.

PETA ha enviado una carta al rey Carlos III en la que le informan de que sus palomas ahora están recibiendo un trato respetuoso y pasarán el resto de su vida en paz. También le pide al monarca que convierta su palomar real en un refugio para aves rescatadas de las carreras.

En épocas pasadas o durante las guerras, los ejércitos utilizaban palomas para transmitir mensajes importantes. Este método ha quedado obsoleto y actualmente son obligadas a participar en competiciones por el entretenimiento de un grupo de personas o por los premios en metálico que obtiene el propietario de la paloma más rápida o quien haya apostado por ella.

El palomar real de Sandringham mantiene a unas 250 palomas, la mayoría de las cuales son utilizadas para competiciones.

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