La administración y la OCU se ponen de parte del sector pesquero

La Generalitat de Cataluña ha abierto un expediente sancionador contra Heüra por llamar a su alternativa al pescado «filetes de merlvza«, algo que el sector pesquero considera un «etiquetado engañoso». Según la administración, el producto está registrado como «heura». Además, la empresa de congelados La Sirena ha sido denunciada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) por el etiquetado de su lomo de atún rojo vegano.

En los últimos meses, se han sucedido reiteradas denuncias por parte organizaciones de pescadores y acuicultores a productos vegetales que se comercializan como alternativa al pescado o al marisco. El expediente de la Generalitat de Cataluña contra Heüra se corresponde con una realizada el pasado mes de septiembre.

Como ya ha sucedido en casos similares con alternativas a la carne, el sector del pescado afirma que el producto de Heüra genera confusión de cara a los consumidores, a pesar de que aparece especificado que es «100% vegetal«.

La industria pesquera ha aludido también a productos como el Vuna de Garden Gourmet, alternativa vegetal al atún presente en grandes cadenas de supermercados, o el Zalmon por contener supuestamente «etiquetados engañosos» para productos que no contienen pescado, algo que precisamente es la razón de ser de estos. El lobby califica estos hechos de «malas prácticas».

En el caso del atún de La Sirena, la OCU también considera que la etiqueta es confusa al presentar el producto como «lomo de atún rojo congelado» sin ser pescado. En el etiquetado, sin embargo, es fácilmente visible que se trata de un alimento cien por cien vegetal.

Según la OCU, la etiqueta del atún vegano incumple el Reglamento Europeo 1169/2011 y la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios. La OCU va más allá y señala que no debería utilizarse ningún otro nombre que recuerde a alimentos de origen animal, como «Tuna», «Chick*n» o la merlvza de Heüra, sino que dichos términos deberían ir precedidos de una frase similar a «sabor a…» en el mismo tamaño de letra.

Para términos más explícitos, como «filete», «chorizo» o «salchicha», la organización de consumidores se pone de parte de la industria cárnica y considera que directamente debería prohibirse su uso para alternativas vegetales, al igual que dibujos o imágenes que representen a animales.

Sin embargo, las alternativas vegetales cumplen el propósito de imitar el sabor, la apariencia o la textura de productos de origen animal, evitando la explotación y la muerte de animales. Para el sector, no tendría sentido crear nuevas nomenclaturas, ya que se presentan como alternativas a productos ya existentes y su etiquetado cumple una función de cara al consumidor que busca no participar en la explotación animal o reducir su consumo de carne o pescado.

Por su parte, los consumidores que no están buscando estas alternativas, pueden leer en la mayoría de las ocasiones términos como «plant-based«, «100% vegetal», «sin carne» o el propio sello de «vegano» o «vegetariano», además de las especificaciones concretas de los ingredientes en el apartado correspondiente.