El animal llegó a Mundo Marino (Argentina) en los años 90, tras una captura que se vendió como un «rescate»
Kshamenk, la última orca en cautividad en Argentina y toda Sudamérica, ha muerto 33 años después de su captura en el océano. Mundo Marino, el zoo donde vivía en cautiverio, ha anunciado que el cetáceo falleció este domingo, 14 de diciembre, por un paro cardiorrespiratorio. Kshamenk vivía confinada en una piscina de doce metros, casi el mismo tamaño del animal, lejos de la inmensidad del océano.
Su captura en 1992 se vendió como un rescate. Durante sus primeros años en cautiverio, vivió con otra orca llamada Belén, que murió en el año 2000. Desde entonces, Kshamenk permaneció completamente solo. En su hábitat natural, estos animales viven en grupo y desarrollan vínculos. En Mundo Marino, Kshamenk solo era utilizada en espectáculos para entretener a los visitantes. El parque también lo utilizó para la extracción de semen que vendió a otros zoológicos, principalmente SeaWorld, para la reproducción de otras orcas en cautividad.
La industria del cautiverio de cetáceos celebraba la «longevidad» de Kshamenk, a pesar de que en su hábitat, podría haber alcanzado los 70 años. Mundo Marino, por su parte, ha afirmado su «amor» por Kshamenk y su supuesto vínculo con los trabajadores del parque tras su muerte. No ha hecho mención a las condiciones de vida en las que mantenía a la orca ni a sus necesidades reales.
El falso rescate
Kshamenk fue hallado en febrero de 1992, después de que unas personas reportaran un varamiento de orcas. Cuando llegaron los operarios de Mundo Marino, únicamente lo encontraron a él, que entonces era una cría. Según la versión del parque, los intentos de reintroducción en el océano no dieron resultados, pero esta no ha sido la única ocasión en la que el hallazgo de un animal en estado crítico se ha utilizado como excusa para condenarlo al cautiverio el resto de su vida.
En los últimos años, buena parte del activismo por los animales en Argentina (y desde otros lugares del mundo) se centró en la declaración de Kshamenk como persona no humana, lo que habría supuesto su liberación. El tema llegó incluso al Congreso de la Nación. Organizaciones en defensa de los animales y expertos se unieron para promover la denominada Ley Kshamenk, que pretendía prohibir el cautiverio de cetáceos en Argentina. La iniciativa se presentó en el Congreso en 2023.


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