La experiencia de convertirse en vegano o vegana y comenzar a rodearse de personas con la misma filosofía de vida, así como informarse de todos los aspectos que conlleva este paso, puede ser maravillosa. Sin embargo, algunas veces chocamos con otras personas o tenemos situaciones que no sabemos cómo afrontar.
El hecho de empezar un nuevo estilo de vida hace que nos cuestionemos numerosos aspectos por los que antes no nos preguntábamos, por ejemplo en nuestro consumo o algunas situaciones en sociedad como pedir un menú diferente en cenas familiares, decidir no ir a determinados espectáculos o tener que decir no a comprar un producto cárnico para hacer un favor a tu compañero de piso. En fin, pueden darse diversos momentos en los que los demás nos digan frases como «te estás volviendo loco/a», «no es para tanto» o «antes no eras así». Sobre esto, en primer lugar no debe importarte lo que digan las personas que te rodean; si realmente tienen afecto hacia ti, te apoyarán aunque no compartan tu opinión o tarden en adaptarse. Es habitual que a veces nos sintamos mal porque no entendemos cómo otros humanos no tienen la misma sensibilidad hacia el resto de seres sintientes, e incluso lleguemos a discusiones con ellos por este tema.
Y en segundo lugar, no te obsesiones. Todos los cambios conllevan un proceso y tratar de hacer una transición tan grande como la del veganismo de un día para otro puede no dar resultado, entre otras cosas por ese choque con la sociedad que no piensa como nosotros, más que por nuestra propia voluntad, aunque en ocasiones nos echemos la culpa.
En un cambio como este, tenemos que entender que nos vamos a encontrar con personas que se muestren contrarias o no entiendan la cuestión del veganismo, y es algo para lo que no solemos estar preparados o que nadie nos comenta antes. Estas situaciones de choque con la sociedad suelen ocurrir sobre todo al principio, pero desafortunadamente continúan con los años, o al menos en la actualidad es así. Lo mejor es llevarlo con tranquilidad, tratando de no crear discusiones o no entrar en ellas cuando las provocan otros.
Así que, ¡fuerza y ánimo! Con pequeños gestos, un mundo mejor es posible.