Una investigación de la organización AnimaNaturalis revela las condiciones en las que se mantiene a estas aves en la cría intensiva
Pavos moribundos, hacinados, con malformaciones que les impiden andar o levantarse del suelo, conviviendo con cadáveres de sus compañeros, heridos y expuestos a infecciones por la falta de higiene. Así se mantiene a estas aves, que han sido la cena de Nochebuena de numerosas familias en España, en las granjas intensivas de nuestro país, tal como ha revelado una nueva investigación de la organización AnimaNaturalis.
En las granjas industriales, se mantiene a un amplio número de animales que no disponen del sitio que necesitan para su bienestar y desarrollo. Es por ello que en ocasiones, algunos pavos son heridos por otros en competencia por este espacio. Los que sobreviven no pasarán de las 16 semanas de vida, pues tal como sucede con los pollos, a la industria le interesa criar el máximo número de animales con el mayor peso posible y en el menor tiempo.
Esta forma de mantener a los pavos es incompatible con la higiene, por lo que las aves están expuestas a enfermedades de diversa índole. En estas granjas, proliferan las bacterias, los hongos y la humedad, y cuando un animal se ve afectado por una infección o una malformación no se le suele prestar atención veterinaria, al no ser rentable para el ganadero. Todo ello se encuentra dentro de la legalidad.
Según AnimaNaturalis, en 2019 fueron asesinados más de 30000 pavos en los mataderos españoles, y la cifra de estas aves en todo el país creció un 200% entre 2008 y 2020, con casi 2000 granjas dedicadas a su cría. La asociación mantiene abierta una recogida de firmas contra las granjas industriales.
lazonaveggie.com 