Las importaciones de este producto siguen siendo legales en Reino Unido, pese a haberse prohibido la producción

Activistas en defensa de los animales de la organización Igualdad Animal protestaron la semana pasada contra la importación de foie gras frente al Big Ben en Londres. Los manifestantes exhibieron un vídeo sobre la alimentación forzada a la que se somete a patos y ocas para producir foie gras. Otros participantes distribuyeron este producto en su versión vegetal, elaborada a partir de una receta del chef francés Alexis Gauthier, galardonado con una estrella Michelin. Algunos viandantes se pararon a conversar con los activistas indignados por la crueldad de las imágenes.

Minutos después, se inició un debate en el Parlamento británico y algunos de sus miembros se pronunciaron sobre este asunto. El parlamentario Giles Watling pidió responsabilidades al Gobierno por no haber prohibido las importaciones de foie gras a pesar de que la producción sí está prohibida, y aludió a la decisión del propio Rey Carlos de dejar de servir este producto en las residencias reales para invitar a hacer lo mismo en todos los edificios parlamentarios. Los medios de comunicación más importantes del país se hicieron eco del debate.

Henry Smith, Bob Stewart o Ruth Jones fueron otros parlamentarios que quisieron aportar su visión.

La producción de foie gras se ha prohibido ya en Alemania, República Checa, Italia, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Polonia, Turquía, Argentina, Australia e Israel, además de Reino Unido. En 2014, La India se convirtió en el primer país en prohibir tanto la producción como las importaciones.

El Gobierno británico ha archivado un proyecto de ley que habría prohibido la importación y venta de foie gras, a pesar de que una encuesta realizada este mismo año reveló que el 86% de los encuestados apoyarían esta medida.