Razas prohibidas y problemas de humanos

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Desde el pasado 1 de febrero, convivir con un perro de la raza American Bully XL es ilegal en Reino Unido. Si algo tienen en común el Gobierno que ha tomado esta drástica medida y los criadores que se han manifestado en su contra es que a ninguno le importan los perros.

La prohibición de la tenencia de esta raza ha suscitado protestas tanto en el país como en otras partes del mundo, también en España. Protestas en las que se entremezclan criadores cuyo único interés es el de obtener un beneficio económico de la venta de cachorros que ya no podrán criar, y animalistas (o tal vez «perristas») preocupados porque el Gobierno británico prácticamente ha obligado a los propietarios a sacrificar a sus perros.

En realidad, a los propietarios se les ha dado la opción de obtener una licencia específica si quieren seguir teniendo a sus perros, entre otros requisitos. Probablemente, los criadores han optado por la inyección letal para los cachorros que ya habían nacido y para sus madres, tras haberlas explotado durante toda su vida para reproducirse una y otra vez y vender después a los perritos, sencillamente porque los criadores no quieren animales que les generen gastos sin aportar ganancias.

Esto es algo que aunque sea obvio, ningún criador reconocería. Lo más seguro es que nos digan que nadie más que ellos ama a los perros, e incluso algunos de sus mensajes coincidirán con los de esos animalistas que han acudido a las protestas contra la prohibición del American Bully XL. Animalistas, en muchos casos, muy preocupados por perros y gatos mientras comen trozos de vacas, cerdos o pollos a diario, sin ánimo de juzgar, pues la gran mayoría de las personas veganas hemos estado en ese punto alguna vez.

Sin embargo, nuestra reivindicación jamás coincidirá con la de los criadores, y es muy raro que nos veas en una acción convocada por estos, incluso aunque sea contra una medida que rechazamos. Porque nuestros intereses no son los mismos. Sencillamente, abogamos por el fin de la cría de animales para hacer negocio con ellos. Animales como los American Bully XL, creados por los humanos a través de la selección genética, lo que ya supone serios problemas de salud para perros de diferentes razas. Abogamos por dejar de criar animales no solo para evitar su cosificación y su venta como mercancía, sino también para evitar su sufrimiento. Un sufrimiento que los criadores, sin embargo, prefieren perpetuar porque ganan dinero con ello.

Y no, no por ello apoyamos la medida del Gobierno de Reino Unido, porque si este hubiera querido hacer las cosas bien, habría prohibido los criaderos, no la tenencia de animales que ya existen. La solución no es hacer normas que perjudiquen aún más a los animales que ya se enfrentan a las consecuencias de la selección genética, sino acabar con la cría y velar por el bien de los que ya han sido criados y comprados por personas, muchas veces irresponsables, que solo se sentían atraídas por la idea de tener un perro de raza.

Pero la nueva ley no ha sido hecha pensando en los perros, y se justifica alegando que estos son «peligrosos» y que hay que «proteger» a las personas de sus ataques. Sin embargo, los grandes perjudicados son los animales, y no quienes los «educan» de manera inadecuada, quienes no cubren sus necesidades, o directamente, no están capacitados para convivir con perros.

2 respuestas a “Razas prohibidas y problemas de humanos”

  1. ¡Hay que acabar con la explotación animal!

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  2. […] medida del Gobierno británico afectará también a perros de similares características al American Bully, y califican la decisión de […]

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