La propuesta de ley no seguirá su tramitación por la negativa de la Comisión de Salud
La Comisión de Salud del Ayuntamiento de Nueva York ha rechazado la Ley Ryder, normativa que iba a prohibir el uso de caballos para tirar de carruajes turísticos en la ciudad. Con esta medida, la propuesta no seguirá adelante. Todo ello a pesar de un abrumador apoyo público de casi el 80% de los neoyorquinos, según las encuestas.
La medida habría detenido la concesión de nuevas licencias para carruajes de caballos y habría protegido a los animales de ser enviados al matadero. También se habría diseñado un programa para ayudar a los conductores de carruajes a realizar la transición a empleos alternativos. Incluso se contemplaba la puesta en marcha de vehículos eléctricos para preservar los puestos de trabajo sin maltrato animal.
La propuesta de ley hacía honor a Ryder, un caballo mayor que se desplomó en una calle neoyorquina en 2022. Su historia causó indignación a nivel internacional, pero recientemente tenía lugar otro suceso similar con una yegua llamada Lady. Los propietarios de carruajes, sin embargo, se habían mostrado opuestos a considerar cambios normativos. Esta negativa ha sido uno de los aspectos que han bloqueado la modernización de esta actividad.
Una ciudad poco animal-friendly
En Nueva York, los caballos se ven obligados a tirar de carruajes sin importar las condiciones meteorológicas, el ruido y el tráfico caótico. Después, regresan a establos oscuros en instalaciones privadas de Manhattan, que han sido denunciadas en repetidas ocasiones por mantener a los caballos explotados en condiciones insalubres, restrictivas e inhumanas. En estas instalaciones, los equinos no quedan aislados del estrés urbano o el ruido constante.
Durante tres años, el debate sobre la Ley Ryder ha sido bloqueado por el Consejo Municipal de Nueva York y la Comisión de Salud. Por ahora, los caballos seguirán obligados a soportar la explotación y un sufrimiento evitable. Los activistas en defensa de los animales seguirán haciendo campañas contra el uso de equinos en carruajes turísticos en la ciudad estadounidense, mientras piden a los visitantes que no hagan uso de este servicio.


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