Los bous al carrer y los toros embolados ya han dejado crueles imágenes desde marzo
El pasado 29 de abril, un toro de 580 kilos llamado Vicioso se precipitó desde una altura de más de diez metros al río, tras lo cual resultó herido de gravedad en sus piernas y fue sacrificado. Los hechos ocurrieron en el municipio de Ontinyent (Valencia), durante los festejos de bous al carrer.
Un mes antes, a finales de marzo, PACMA denunció un festejo de toros embolados celebrado durante las Fiestas de la Magdalena en Castellón, tras documentar imágenes de maltrato animal en las que se observa a un toro en pánico y angustiado tratando de escapar. Los presentes, sin embargo, solos hostigaban y acosaban al animal, persiguiéndole y tirándole del rabo.
Más recientemente, PACMA ha vuelto a documentar un festejo de este tipo, este en el municipio de Mosqueruela (Teruel). Durante el toro embolado, el animal llegó a ser golpeado en la cara para provocar su reacción y hacerlo chocar contra barrotes.
En este tipo de actos, es habitual que los toros sufran quemaduras por las bolas de fuego que se colocan sobre sus cuernos y mueran por fallos cardíacos, caídas y golpes.