Luz verde para la cría de salmones en tanques situados en tierra en Inglaterra

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Organizaciones en defensa de los animales se oponen al proyecto

La industria de la producción de salmón pretende sacar las salmoneras del océano y criar a estos animales en tanques ubicados en tierra y sin salida al mar, con un enorme coste de energía y agua. El proyecto de construcción de una piscifactoría de este tipo ya ha recibido el visto bueno de las autoridades en Inglaterra, y concretamente se instalará en la localidad de Grimsby.

Los promotores de la iniciativa, la empresa Aquacultured Seafood Ltd, la defienden como «innovadora», pero los defensores de los animales afirman que este tipo de acuicultura podría ser incluso peor para los peces.

Los salmones salvajes recorren miles de kilómetros a través del océano a lo largo de su vida, antes de regresar a sus ríos natales para el desove. La mayoría de los salmones que se encuentran en las pescaderías no son, sin embargo, de esta procedencia, sino que se crían en salmoneras, una especie de jaulas dentro del mar que ya están prohibidas en lugares como Argentina. También existe más de un centenar de piscifactorías de salmones en tierra en todo el mundo, y se prevé que la cifra aumente.

En Reino Unido, que produce unas 200000 toneladas de salmón al año y aspira a duplicar la cifra para 2030, Escocia es uno de los principales productores. En 2023, más de 17 millones de salmones murieron en salmoneras escocesas prematuramente. Este fue el peor año de la historia en cuanto a mortalidad de peces. Casi la mitad de las salmoneras presentan parásitos que elevan estas tasas, así como la propagación de enfermedades en corrales donde los animales se mantienen hacinados. Los antibióticos utilizados para prevenirlas, además, aumentan la contaminación en el agua.

Otro riesgo de las salmoneras es el escape de peces genéticamente distintos a los salvajes, cuya reproducción con estos puede poner en peligro las futuras generaciones de salmones. La nueva piscifactoría propuesta en Inglaterra pretende solventar este problema y el de la contaminación directa en el mar separando completamente a los salmones del océano, a la vez que plantea criar un número cada vez mayor de peces. La empresa promotora también afirma que podrá eliminar las enfermedades y parásitos asociados a la cría de salmones.

Sin embargo, para las organizaciones en defensa de los animales, «la gran razón por la que la industria está tan entusiasmada con cualquier tipo de confinamiento cerrado es que puede criar más peces», afirma el investigador de Ethical Seafood Research Wasseem Emam. Los defensores de los animales también dudan de que el proyecto pueda resolver el problema de las enfermedades, ya que el hacinamiento y el estrés derivado de este aumenta la posibilidad de que aparezcan, como ocurre en piscifactorías que crían a otras especies.

A nivel de consumo de recursos, la cría de salmones en tierra tampoco es buena idea, ya que para producir un solo filete de este pez es necesaria la misma cantidad de agua que consume una persona al año. A ello se suma el elevado uso de energía: la piscifactoría de Grimsby usará la misma cantidad de energía que podría abastecer a 3200 hogares al año, según Igualdad Animal. Además, la dependencia energética supone el riesgo añadido de la posibilidad de la muerte de miles de peces ante cualquier fallo eléctrico.

Fuente: Sentient Media.

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