Otra vez, una comida vegana fácil que no te llevará más que unos pocos minutos. No me gusta denominar «recetas» a este tipo de preparaciones porque ni me lo he inventado yo, ni lo he sacado de Internet, ni es ninguna novedad. Unos macarrones con tomate de los de toda la vida, pero en lugar de ser las clásicas tuberías, son los clásicos tiburones. Ni siquiera he hecho yo la salsa de tomate, aunque en este caso sí, tengo una receta en el blog de este condimento que me encanta y que suelo utilizar mucho en platos de pasta, sobre todo ahora que llega la temporada de tomates.
Lo primero que hice fue hervir agua en una cazuela. Parte de ese agua, una vez hirviendo, la añadí a la soja texturizada que tenía en un vaso para hidratarla y cocí la pasta con el resto del agua en la cazuela y con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y sal, a fuego bajo. Este tipo de pasta se cuece rápido y no hay que dejarla demasiado tiempo para que no se pase.
A veces, con estas preparaciones sofrío un poco de cebolla con las verduras que tenga a mano y alguna especia. En este caso, solo utilicé cebolla y añadí la soja texturizada y después de cocinarlas un rato, agregué la salsa de tomate en pisto a esta una vez frita, aunque no me gusta dejarla demasiado tiempo a la sartén ni a fuego muy alto para evitar que se queme. Dejé cocinar un poco la salsa con la cebolla y la soja texturizada y después la añadí a la pasta. Y listo.
P.D. Con un poco de queso vegano también queda deliciosa.
lazonaveggie.com 