Los osos polares son una de las tantas especies gravemente amenazadas por la crisis climática, tal vez una de las más representativas de este problema, y este es un dato por todos conocido. Sin embargo, no todo el mundo alcanza a ver la magnitud del cambio climático y su impacto negativo en los animales que habitan en la Tierra. Tal vez algunas personas ni siquiera den importancia a la pérdida de biodiversidad, sin darse cuenta de que los propios humanos también estamos sufriendo las consecuencias.
En gran medida, esa actitud procede de un gran desconocimiento, así que nunca está de más aprender un poco más sobre unos animales tan fantásticos como son los osos polares. Por eso, hoy te cuento cinco datos interesantes sobre ellos que seguramente ignorabas.
- Pueden sobrevivir sin agua. Debido al ecosistema en el que viven, congelado en su mayoría, los osos polares no pueden beber agua, pero tampoco necesitan hacerlo para sobrevivir. En realidad, la obtienen tras la descomposición de la grasa que almacenan en su organismo. De hecho, su piel está tan adaptada al frío polar que pueden mantenerse calientes mientras nadan y ni siquiera se mojan completamente cuando se sumergen, puesto que tienen dos capas de pelo y la interior protege a la exterior del agua.
- Son capaces de alcanzar 40 kilómetros por hora. A pesar de la impresión que pueden dar, los osos polares pueden alcanzar esta velocidad al correr, prácticamente la misma que los caballos. En el agua, pueden nadar a unos diez kilómetros por hora.
- Es el más carnívoro de los osos. Si hay una especie de la que podemos afirmar que está en la cima de la cadena alimenticia no es el ser humano, sino el oso polar. Su dieta se compone, principalmente, de focas, aunque estas últimas saben muy bien cómo escapar a las cacerías de los osos, e incluso la mayoría de ellas lo logran.
- Los machos pueden pesar 800 kilos. Y pueden medir tres metros. Se trata de uno de los animales terrestres más grandes del mundo. Sin embargo, su cabeza es considerablemente pequeña en comparación con el tamaño del resto de su cuerpo.
- Su lengua es de color azul. Los osos polares no son tan blancos como parecen. No solo la piel que esconden bajo su pelaje claro es negra, sino que además, su lengua es azul, aunque cuando nacen es rosa. Este oscurecimiento de la piel y de la lengua tiene una explicación: es una forma de protegerse de los rayos solares que se reflejan en la nieve. Las jirafas y algunos reptiles también tienen la lengua de este color.