No habrá festejos taurinos en México y Bogotá en 2023

Es el segundo año que la capital colombiana no celebra la temporada, y en la mexicana, ha sido suspendida

La plaza de toros de México ha cancelado su temporada grande 2022-2023 y el resto de festejos taurinos que en ella se celebraban, debido a la suspensión por parte del juez Jonathan Bass, que sigue vigente desde junio. Tampoco se renovarán las contrataciones de puestos en el coso por parte de los aficionados. Así lo ha anunciado la Plaza México, la más grande del mundo, en un comunicado.

El pasado 10 de junio, el juez prohibía los festejos taurinos en dicha plaza tras la demanda de asociaciones como Justicia Justa y en base a la Constitución del país, en la que se recoge el derecho a un «medio ambiente sano» y se reconoce como seres sintientes a los animales no humanos. Por su parte, los taurinos han rebatido esta idea al considerar que el toro bravo se extinguiría si no existiera la tauromaquia.

No es la primera vez que se intentan limitar los espectáculos de este tipo en México. Sin embargo, en ocho estados del país están catalogados como patrimonio cultural, lo que dificulta tomar medidas al respecto.

Las asociaciones AnimaNaturalis, CAS Internacional y el despacho Va por sus derechos mantienen activa una recogida de firmas para llevar a juicio las corridas de toros en Ciudad de México.

Tampoco habrá corridas en Bogotá

Por otro lado, en Colombia, la senadora Andrea Padilla ha anunciado que el próximo 2023 tampoco se celebrarán corridas de toros en la plaza Santamaría de Bogotá, por segundo año consecutivo y tras quedar desierta la licitación para esta actividad.

Y es que los interesados se han visto desmotivados gracias al Artículo 767 del Concejo de Bogotá y la Corte Constitucional, cuyo fin es desincentivar, poco a poco, la tauromaquia. Para ello, se establecen requerimientos como la prohibición de utilizar instrumentos de tortura hacia los animales, la prohibición de matarlos, la obligación de los organizadores de informar sobre el sufrimiento que padecen los toros y la de que sean estos quienes financien los eventos en su totalidad.

Fuentes: AnimaNaturalis y El País.