Los petardos pueden provocar taquicardias, temblores o incluso la muerte en individuos de diferentes especies
Varios ayuntamientos belgas han sido los últimos en pedir la sustitución de la pirotecnia tradicional por fuegos artificiales silenciosos para la celebración de esta Nochevieja. En el municipio de Marchin, de algo más de 5000 habitantes, se ha abogado por el uso de pirotecnia silenciosa o con ruido contenido desde el pasado 19 de diciembre.
Por su parte, la organización de defensa animal Gaia ha pedido al Gobierno la prohibición de los petardos por su impacto en animales como perros, gatos, aves y fauna salvaje, cuyos oídos son más sensibles al ruido que los nuestros. También hacen hincapié en el uso de alternativas más sostenibles que no liberan partículas contaminantes.
En algunas localidades belgas, se ha optado por la prohibición directa de la pirotecnia, y en la región de Bruselas se ha vetado su uso desde el 23 de diciembre hasta el 9 de enero, aunque con un objetivo que no obedece a la protección animal, sino a la seguridad de los agentes policiales tras algunos incidentes que tuvieron lugar durante el Mundial de fútbol.
Varsovia o Berlín son otras de las capitales europeas que no utilizarán pirotecnia ruidosa en las celebraciones de fin de año, a las que se unen el municipio italiano de Colecchio, y fuera de Europa, Mendoza o San Martín de los Andes, en Argentina.
En España, la Nochevieja volverá a ser una pesadilla para numerosos animales de diferentes especies, pues todavía no se ha tomado ninguna medida al respecto, aunque diferentes asociaciones animalistas llevan años reclamando la sustitución de los petardos por fuegos artificiales sin ruido.
La pirotecnia puede incluso causar la muerte en muchos animales, así como taquicardias, temblores o náuseas. De igual manera, puede afectar a personas con Alzhéimer o agorafobia, entre otros diagnósticos, o a niños.