En pleno noviembre, ya no quedan más tomates de nuestro huerto familiar, pero podemos seguir consumiéndolos de alguna manera. Y es que durante el verano es tanta la cantidad de tomates que acumulamos que hay que cocinarlos de mil formas para que no se pudran, y una de las mejores soluciones a esto es hacer conservas de salsa de tomate. Para ello, cada vez que termino un tarro de legumbres, de espárragos, de remolacha, de mermelada o de cualquier otro alimento en conserva del supermercado, lo lavo y lo guardo para este tipo de cosas. Así, también le damos una segunda utilidad a algo que, de otra manera, se convertiría en basura.
Una vez que tenemos los tarros, podemos ponernos manos a la obra con la salsa para conservar. Aquí te explico los ingredientes que utilizo y cómo elaborarla. Esta receta difiere un poco de la salsa de tomate que suelo hacer para comer en el mismo día o en los días siguientes, que, no lo voy a negar, me gusta más en cuanto a sabor, pero esta tampoco tiene desperdicio. Vamos allá.
INGREDIENTES
- Tomates (tantos como entren en una cazuela grande)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Orégano
ELABORACIÓN
- Pelamos, uno a uno, los tomates.
- Colocamos los tomates en una cazuela con aceite de oliva virgen extra y los ponemos a fuego alto.
- Poco a poco, los tomates comenzarán a sacar su jugo interior y arrancarán a cocer. En ese momento, bajamos el fuego. Si lo crees necesario, puedes añadir agua o más aceite, pero en mi caso, los tomates soltaron tanto líquido que no tuve que hacer esto.
- Cuando los tomates estén completamente deshechos, añadimos el orégano y la sal (aproximadamente media cucharada, dependiendo de la cantidad de salsa).
- Dejamos cocer un buen rato a fuego lento. Pueden estar así como una hora sin problema, pero vigilando la cocción constantemente.
- Cuando tengamos la salsa, debemos esterilizar los tarros. Para ello, ponemos agua a hervir en otra cazuela grande.
- Una vez que el agua esté hirviendo, introducimos el tarro con su tapadera y le damos algunas vueltas dentro de la cazuela. Repetiremos esto con cada tarro.
- Acto seguido, ya podemos ir metiendo la salsa de tomate en cada bote. Después, los cerramos y los colocamos boca abajo.
- Después de un rato, los botes cerrarán por sí solos y ya puedes colocarlos en la despensa para usar cuando lo necesites.
Yo ya he comenzado a usar mi salsa de tomate en conserva, aunque este año no hice demasiada y ya solo me quedan dos botes. Así quedó la última vez que la añadí a un plato de pasta.

Un comentario en “Cómo hacer salsa de tomate para conservar”