Por alguna razón, cuando las personas veganas comentamos que lo somos, los demás responden con excusas que tratan de parecer amables como: «yo como muy poca carne«, «yo respeto que cada uno coma lo que quiera», «el veganismo está muy bien, pero no es para todo el mundo», «yo no podría», «es caro y no todos nos lo podemos permitir» o «no encuentras productos veganos en cualquier sitio».
Sin embargo, quien dice que come muy poca carne quizá no esté en lo cierto, porque a lo mejor no se hace un filete todos los días, pero sí incluye productos cárnicos en su dieta: espaguetis con salchichas o con bacon, pasta boloñesa, jamón serrano o cualquier otro tipo de embutido, albóndigas… Además, aunque realmente reducir el consumo de carne es un primer paso para hacerse vegano o vegana, esto suele ser más bien una excusa y quienes sueltan esa mencionada frase no tienen la mínima intención de hacer este cambio, por lo que seguirá pagando por animales muertos. Y con el «que cada uno coma lo que quiera», lo que quieren decir, en realidad, es algo como: «déjame comer animales tranquilo y no me hagas pensar».
Con respecto a las otras frases que he citado, tampoco están en la razón quienes las pronuncian, porque aunque el veganismo no sea para todo el mundo, quien afirma eso seguramente tendría a su alcance hacerse vegano; porque no es caro y porque productos veganos se encuentran en cualquier tienda o supermercado. Porque las personas veganas no nos pasamos el día comiendo hamburguesas vegetales, queso vegano, escalopes plant-based o nuggets vegetales congelados. O quizá haya quien lo haga, pero ni es lo más sano, ni es lo más recomendable.
Productos veganos son legumbres, frutas, verduras, hortalizas, cereales, semillas y frutos secos. ¿En qué supermercado no se encuentran estos alimentos? No conozco ninguno. Y salvo los frutos secos, yo diría que todos ellos son de lo más asequible que se puede comprar en lo que a alimentación se refiere. En cualquier caso, aunque hablemos de procesados plant-based, estos cada vez ocupan más espacio en los lineales de los supermercados. Marcas como Yosoy (leches vegetales), Sojasun (yogures veganos y alternativas a la carne), Heüra (no-pollo, nuggets, hamburguesas, albóndigas y hasta chorizo), etc., llevan tiempo ocupando ese espacio. Y no son necesarias en nuestra alimentación, pero que nadie diga que son difíciles de encontrar.
Hasta las propias empresas cárnicas y lácteas están haciendo productos veganos que se están vendiendo en supermercados (Danone, Campofrío, Nestlé, La Piara…), y las mismísimas marcas blancas ya disponen de estas alternativas. En estos casos, sí suelen ser productos un tanto elevados de precio en comparación con aquellos a los que tratan de sustituir, pero eso no significa que alguien que no se lo pueda permitir no pueda ser vegano, porque no son alimentos imprescindibles ni necesarios.
Por favor, no pongamos los precios o la accesibilidad como excusa para dejar de consumir productos de origen animal. Ni siquiera la dificultad puede ser una excusa, porque lo más difícil del veganismo no es localizar nuestra comida, ni pagar más por ella, ni cubrir nuestros requerimientos nutricionales. Lo más difícil es, sin duda, lidiar con el resto de la sociedad.