El animal pudo haber pasado sus últimos años en un santuario, pero ni sus propietarios ni las autoridades lo hicieron posible
La elefanta Dumba, explotada durante toda su vida en circos y rodajes de todo el mundo, ha fallecido recientemente, antes de cumplir los 50 años.
Dumba era una elefanta asiática que fue capturada en la naturaleza siendo una cría y pertenecía a la familia Kludsky, que tradicionalmente se ha dedicado al mundo circense. Pasó su vida viajando por diferentes países para ser utilizada en espectáculos. El animal ha muerto en un pequeño recinto de un circo en Alemania.
Ya hace una década, la organización FAADA denunció las condiciones en la que sus propietarios mantenían a Dumba en Barcelona, sola y en un espacio muy pequeño, y solicitó su decomiso. Sin embargo, este nunca se produjo, a pesar de que existía la posibilidad de que fuera trasladada a un santuario. En 2014, sus propietarios fueron obligados a proporcionar al animal cobijo, agua, arena y enriquecimiento ambiental, medidas que nunca cumplieron. Cuatro años después, la Generalitat de Cataluña ordenó que fuera examinada por expertos, quienes determinaron que la elefanta padecía graves problemas por la escasez de cuidados.
Para evitar las multas, Dumba fue trasladada al Zoo Mundopark de Sevilla, donde fue nuevamente explotada en espectáculos y fotos con visitantes. Más tarde, fue trasladada a Francia, por lo que su decomiso se complicaba cada vez más. Allí, fue utilizada en el Circo de París y en 2021 fue observada encerrada en un remolque a temperaturas bajo cero en un delicado estado de salud. La organización One Voice solicitó su incautación, pero los Kludsky la trasladaron a Alemania, donde ha vivido hasta su último día en el Elefantehof, un centro que usa elefantes y otras especies en espectáculos.