Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus. Puede que este nombre nos suene más o menos, pero lo cierto es que se trata de uno de los circos más famosos a nivel mundial hasta su cierre definitivo, en 2017. Su promotor, Phineas Taylor Barnum (1810-1891), ha pasado a la historia por revolucionar el mundo de los espectáculos circenses en el siglo XIX, entre otras cosas, por utilizar animales en estos a través de cuestionables entrenamientos que, desgraciadamente, llevaron al éxito a este empresario.
Además de esto, Barnum era conocido por sus estafas y por la invención de historias para captar espectadores y, con ello, ganancias económicas. No cabe duda, a pesar de que no contamos con pruebas gráficas, de que este hombre y sus socios maltrataron animales no humanos, pero tampoco demostraron empatía con los humanos. De hecho, el propio Barnum comenzó su carrera en el mundo del espectáculo cuando compró, por 1000 dólares, una esclava de avanzada edad llamada Joyce Heth a la que comenzó a exhibir como un objeto para ganar dinero en Filadelfia. El empresario, que empezaba así su trayectoria profesional, se inventó que esta mujer tenía 161 años y había sido la niñera de George Washington (1732-1799), primer presidente de los Estados Unidos. Heth sufrió el esclavismo hasta su muerte, en 1836, y fue exhibida por Barnum junto con otras personas que padecían enanismo, o junto a hermanos siameses, lo cual llevó a este a atraer hasta 400000 visitantes anualmente durante un tiempo, apoyado en una publicidad que llamaba mucho la atención.
Para exponer a estas personas como si de cuadros se tratase, Barnum llegó a comprar el Scudder’s American Museum de Nueva York, en 1841, donde además de humanos, empezó a incluir animales, tanto terrestres como acuáticos, y muchos de ellos, exóticos. Sin embargo, el museo sufrió dos incendios en pocos años, el primero en 1865; y el segundo, en 1868, hasta que el empresario tomó la decisión de reconvertir su negocio en un circo.
Fue así como P. T. Barnum se asoció con William C. Coup y Dan Castello, en 1871, con la finalidad de iniciarse en el mundo circense y promocionando sus espectáculos como «el circo más grande del mundo». Más adelante, se unió también a James A. Bailey y James L. Hutchiso, concretamente en 1881, conformando el circo Barnum & Bailey’s. Y en 1882, Barnum compró al elefante Jumbo, que vivía en el zoo de Londres y que posteriormente inspiraría el clásico de Disney Dumbo. En estos años, dicho circo se convirtió en el primero de la historia en transportarse en ferrocarril, para lo cual el empresario compró su propio tren.
Realidad y ficción
Sobre la figura de Barnum, en 2017, se lanzó la película El gran showman, aunque la crítica ha señalado que no se corresponde al cien por cien con la personalidad de este empresario. Más allá de la ficción, el maltrato a los animales, en este y otros circos, siempre se ha mantenido oculto, pero enfocada en este caso, una investigación realizada en el año 2011 por la revista Mother Jones, calificó el show de Barnum como «el espectáculo más cruel del mundo«, y descubrió que desde la primera vez que su circo de Barnum animales hubo maltrato. En aquella ocasión, un elefante murió durante el traslado desde Sri Lanka hasta Estados Unidos. Además de elefantes, este circo utilizó también, a lo largo de su historia, tigres, leones, camellos, caballos o perros.

Los animales, por otra parte, eran entrenados a través de prácticas muy cuestionables, como picanas eléctricas, que ni siquiera dejaron de utilizarse bien entrado el siglo XX. Incluso en el siglo XXI, según esta investigación, los animales estaban sobrecargados de trabajo y no vivían en las condiciones más adecuadas, lo que provocó la muerte de alguno de ellos.
En 2017, el circo anunció su cierre definitivo, después de que en el año 2015 hubiese dejado de utilizar elefantes en sus espectáculos, tras la presión de grupos animalistas. A partir de ese momento, el show que había comenzado más de un siglo atrás había experimentado una caída en la venta de entradas, que sumada al aumento de los costes y las demandas de colectivos en defensa de los animales propiciaron el fin de este. De hecho, el circo ya había sido obligado a pagar una multa por las condiciones inadecuadas en las que mantenía a los animales y los métodos de entrenamiento.
Muchos se preguntan qué pasó con los animales después del cierre del circo. Algunos de ellos fueron trasladados al CEC, o Centro para la Conservación de Elefantes propiedad de la propia empresa, que quizá había creado a modo de lavado de imagen. Sea como sea, y aunque los animales ya no participasen en espectáculos, diferentes organizaciones animalistas continuaron criticando las condiciones en las que el CEC tenía a los elefantes, en muy poco espacio, a veces encadenados. Por ello, en 2020, se anunció que los animales que habían formado parte del circo hasta su cierre serían trasladados a otro centro de conservación. Sin embargo, ya era tarde para algunos de ellos, que habían sido vendidos a zoológicos.
El circo de Barnum pasó a la historia, pero en la actualidad, todavía muchos animales son explotados en espectáculos similares, tras una trayectoria de más de 100 años que comenzó el propio Barnum. Cada vez más ciudades se declaran libres de circos con animales y la sociedad empieza a demandar shows libres de explotación, mientras el movimiento animalista lucha incansablemente por conseguirlo.
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Callejo, J. (28 de noviembre de 2019). El circo Barnum. Cadena SER.
El País (15 de enero de 2017). El circo más antiguo del mundo cerrará tras 146 años de actividad.
National Geographic (9 de agosto de 2018). El circo Ringling Bros termina sus presentaciones.
Whang, O. (25 de septiembre de 2020). Los elefantes retirados del circo Ringling Bros serán trasladados a un centro de conservación. National Geographic.
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