Dumbo: la historia detrás de la ficción

En 1939, Helen Aberson (1907-1999) escribió un cuento para niños llamado Dumbo. Posteriormente, en 1941, Disney lanzó la versión cinematográfica que todos hemos visto de pequeños; y en 2019, el conocido director Tim Burton realizó una nueva versión de este clásico. Lo que poca gente sabe es que el personaje de Dumbo se basa en un elefante real, tristemente famoso porque su suerte fue incluso peor que la del paquidermo de la película.

El verdadero nombre del elefante que inspiró Dumbo era Jumbo, que significa «hola» en suajili, mientras que Dumbo significa «tonto», ya que todos se burlaban del animal por el tamaño de sus orejas, que después lo ayudan a volar. Resulta estremecedor cómo los elefantes son tratados en el circo y cómo el protagonista es separado de su madre y marginado, aunque sea en una película de animación que después tiene un final feliz. En la vida real, como tantos otros animales expuestos en zoológicos o utilizados en circos a lo largo de la historia, Jumbo fue capturado en 1862 en Abisinia (actual Etiopía, África). El elefante debía tener alrededor de un año cuando fue cazado junto a otro de su manada, que quizá fuese su madre o algún hermano, aunque hay fuentes que señalan que su madre fue asesinada antes de capturar al pequeño Jumbo, un bebé que, además, estaba bastante debilitado.

A pesar de ese estado de debilidad, Jumbo fue enviado al zoo de París y, en 1865, fue trasladado al de Londres, donde ya se habían visto elefantes asiáticos, pero no tanto africanos, como Jumbo. De hecho, quienes estaban a cargo del zoológico pensaron que los elefantes africanos podían ser más agresivos con los humanos que los asiáticos, y de esta manera, designaron a Matthew Scott, un hombre solitario y sin familia, como cuidador del animal. Jumbo y Scott desarrollaron un vínculo muy fuerte, e incluso Scott dormía en la jaula del elefante.

Sin embargo, Matthew Scott nunca proporcionó al animal ningún tipo de bienestar, y Jumbo era obligado, todos los días, a transportar a decenas de personas encima de él. Era el reclamo de los niños londinenses y también de la aristocracia de la época en la ciudad inglesa, ya que Jumbo puede haber sido el elefante más grande del mundo, con una altura de 3,45 metros, lejos de la media de los elefantes africanos, de 2,84 metros. Además, su alimentación no era la más adecuada, pues tanto su cuidador como los visitantes que acudían a verlo, le ofrecían pasteles y dulces continuamente. Así, cuando Jumbo cumplió los 20 años, su carácter empezó a cambiar, y aunque nunca llegó a ser agresivo con los humanos, por las noches tenía auténticos ataques de ira. Se cuenta que, para calmarlo, Scott le daba whisky al animal, pero lo cierto es que Jumbo estaba sometido a un estrés tal que llegó a romper, en varias ocasiones, su cobertizo de madera y sus colmillos, y cuando estos volvían a crecer, los frotaba contra las paredes de nuevo.

Jumbo transportando decenas de visitantes en Londres. Wiki Commons

La dieta del animal, tan alta en azúcar desde que era un pequeño, según diferentes estudios, pudo provocarle inmensos dolores al tener los dientes deformados por esa mala alimentación, y esta puede ser otra de las causas que explican los ataques de ira que sufría el animal, aunque en aquella época se culpó a las hormonas de su comportamiento, si bien es cierto que esta afirmación quedó refutada al comprobar que de haber tenido problemas hormonales, Jumbo podría haber atacado también a los humanos, algo que nunca hizo. Sin embargo, no importaba si Jumbo estaba enfermo. Su cuidador seguía aprovechándose de él para ganar dinero.

Del zoo al circo

Debido al comportamiento de Jumbo, y a pesar de que jamás había sido agresivo con los humanos, en 1882, el zoológico de Londres decidió venderlo por 2000 libras al circo del estadounidense de Phineas Taylor Barnum (1810-1891), empresario conocido por sus estafas en el ámbito del entretenimiento. El día de su traslado, Jumbo se resistió a ser transportado, e incluso llegó a romper sus cadenas repetidas veces. Finalmente, se calmó cuando Matthew Scott entró con él y ambos viajaron juntos mientras cientos de personas les despedían.

En el circo, Jumbo conoció a otros elefantes, pero su vida no fue más feliz que antes. El animal había pasado de vivir encerrado en un zoo a vivir encerrado en un carromato viajando constantemente de una ciudad a otra, mientras Barnum trataba de enseñarle malabares, sin obtener resultados. Probablemente, Jumbo sufrió maltrato como el resto de animales de los circos: golpes, pinchazos y hasta descargas eléctricas con la única finalidad de que aprendiese a hacer trucos absurdos.

Pese a que Jumbo no iba a dar el espectáculo que Barnum pretendía, su gran tamaño lo convirtió en toda una atracción para los espectadores, pero en 1885, el elefante murió atropellado por un tren en Canadá, cuando estaba siendo embarcado junto a otro elefante. El dueño del circo invento que el animal había muerto tratando de salvar al otro elefante, que era un bebé, pero al estudiar el cuerpo del animal, se descubrió que no había sido así, y que lo único que Barnum pretendía con esta historia era seguir explotando la figura de Jumbo incluso después de fallecido.

Y en cierto modo, Barnum consiguió seguir lucrándose de Jumbo, ya que vendió su cuerpo a un taxidermista que encontró, dentro de su estómago, cientos de monedas que le daban los humanos. Analizando el cuerpo del animal, también se ha descubierto que Jumbo sufría malnutrición y muchísimo estrés. Los huesos de sus caderas sufrían lesiones debido a haber cargado a grupos enteros de personas durante años, y sus rodillas estaban tremendamente envejecidas por esa misma razón, como si tuviera 50 años cuando solo contaba con 24 y aún estaba en edad de crecimiento en el momento de su muerte, mientras que en la naturaleza, la esperanza de vida de un elefante puede alcanzar los 70 años.

El esqueleto de Jumbo se encuentra hoy en el Museo de Historia Natural de Nueva York. En 2017, se publicó el documental Attenborough and the Giant Elephant, en el que el naturalista David Attenborough se reúne con varios expertos para estudiar de nuevo los huesos de Jumbo, y determinan que otros elefantes rescatados de zoológicos o circos que viven en santuarios presentan comportamientos similares los que tuvo este elefante debido al estrés.

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Afonso, B. (29 de marzo de 2019). La historia real de Dumbo es mucho peor que la de la película. CQ.

BBC Mundo. (13 de diciembre de 2017). La trágica vida de Jumbo, el elefante «más famoso del mundo», que inspiró el personaje Dumbo de Disney. BBC.

Ecoosfera (28 de marzo de 2019). La verdadera (y trágica) historia de Jumbo, el elefante de la película «Dumbo».

Mérida, R. (6 de mayo de 2019). La verdadera historia de Dumbo, el elefante. La Opinión de Murcia.

4 comentarios sobre “Dumbo: la historia detrás de la ficción

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