Veganismo y comidas familiares

Hace días, reflexionaba sobre el factor social del veganismo y lo difícil que se hace, a veces, lidiar con un entorno poco favorable a esta filosofía de vida. Hoy quiero hacer una reflexión similar, pero enfocada al ámbito familiar, pues en ocasiones, puede resultar más doloroso recibir ciertos comentarios de personas muy cercanas que recibirlos de gente ajena. Es cierto que en mi caso personal, lo he pasado peor con el resto de la sociedad que con mi propia familia, ya que casi no tengo relación con los miembros de esta más cerrados a este tema.

Cuando comencé a ser vegetariana, en las comidas familiares optaba por no decir nada «para no molestar», y simplemente me limitaba a comer lo que hubiese vegetariano. Por suerte, no recuerdo ninguna ocasión en la que no hubiera opciones. De hecho, siendo vegetariana y después vegana, he comido más cantidad y mejor en algunas comidas familiares que en muchos restaurantes que no incluyen casi ningún plato de este tipo. De esta forma, las cosas se complicaban cuando la comida o cena familiar era en establecimientos de restauración, y también en bodas, por mi absurda manía de no decir que cambiasen el menú para mí. Más tarde, cuando ya me hice vegana y acudía a restaurantes, ya empecé a optar por pedir algo cien por cien vegetal si no lo incluían en la carta, aunque a veces llegaban a la mesa con platos vegetarianos.

Dentro de mi propia casa, el día que les dije a mis padres que me iba a hacer vegetariana, no se lo tomaron en serio. Esa misma semana, o quizá poco después, mi madre cocinó para mí una lasaña de carne casera, que me encantaba y tuve que explicarle de nuevo que ya no comía carne, pero lo tomó como una queja de mi parte y no como una explicación de qué significa ser vegetariana, y esa fue la última vez que mi madre cocinó dicho plato. A día de hoy, mi madre sigue sin comprender en qué se basa mi alimentación, y suelo ser yo quien cocino para mí, algo que seguramente hacen muchos vegetarianos y veganos. Algunas veces, hago comida de más para que la prueben mis padres, pero tienen el paladar tan acostumbrado a la carne que en ocasiones no les gusta lo que preparo. Al menos he conseguido que, desde hace bastantes años, en mi casa no se hayan vuelto a comer lentejas con chorizo, porque como soy yo quien las hace, escojo ponerles verduras, y están igual de deliciosas, e incluso mejor.

Comentarios

Lamentablemente, en mi casa se come carne todos los días como segundo plato, y a veces dentro del primero también, para comer y para cenar. Soy consciente de que mis padres jamás cambiarán ese hábito, pues piensan que esa es la única forma de llenar el estómago. Sin embargo, aunque a veces me han dicho comentarios como que podría tener anemia o que como muy poco (en realidad, me gusta mucho comer, pero no lo perciben así porque solo ven alimentos de origen vegetal y no lo asocian con comer bien), estas palabras no suelen ser la tónica habitual en las comidas, y hace mucho tiempo que no las escucho.

Otros miembros de mi familia sí me han dicho argumentos como que «las vacas o las ovejas tienen que ser ordeñadas para no padecer mastitis» y alguno más que ahora no recuerdo, pero cada vez que sale el tema del veganismo, no soy yo quien lo menciona, sino la típica persona que en cada momento tiene que nombrar que cierto familiar es vegano y no come carne, ni pescado, ni lácteos…

En las comidas con la familia de mi pareja, es bastante más frecuente que alguien salga con el tema del veganismo y me diga que me faltan vitaminas, que me voy a morir de hambre, que no es posible que mis analíticas estén bien, etc. Lo curioso es que, a diferencia de mis padres, ellos no comen carne en todas las comidas, y quizá no lo hacen todos los días, aunque sí tienden más a utilizar lácteos para todo. También es cierto que cada vez que les visito, se preocupan por lo que voy a comer y siempre tienen algo para mí. Eso sí, cuando cocino algo, a veces son reacios a probarlo y, si lo prueban, lo critican. Con otras personas, sucede lo contrario, y aunque se hayan hartado a hablar en contra del veganismo, todos quieren comer del plato del vegano.

En Navidad

Cuando llegan fechas señaladas en el calendario, como la Navidad o alguna otra celebración en la que las familias se reúnen, confieso que preferiría mil veces cenar sola mientras el resto del país celebra el fin de año, la Nochebuena o un cumpleaños. Si en estas fechas no me preparara nada, me quedaría con hambre siempre, porque absolutamente todo lo que hay en la mesa suele ser de origen animal. En una ocasión, recuerdo que mi cena de Nochevieja fueron verduras asadas. Nada especial. Pero era lo único vegano que había y no me preparé nada con antelación.

En definitiva, si eres vegetariano o vegano, probablemente te sentirás identificado con algunas cosas que acabo de contar, o quizá tus vivencias hayan sido distintas. Lo que sí es cierto es que, lo más probable, si tomas una decisión así, sea que nadie en tu familia lleve una alimentación de este tipo, por lo que a veces te encontrarás sola o solo, independientemente de si cuentas con más o menos apoyo. La comida, tradicionalmente, ha sido un punto de reunión o de celebración, y quizá por eso, además de otros muchos motivos, a algunas personas les cuesta tanto entender que rechaces el pollo al horno que todos comen entre risas.

3 comentarios sobre “Veganismo y comidas familiares

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