La carne ecológica tampoco es ética ni sostenible

Solo por el hecho de que una vaca, un pollo o un cerdo vivan al aire libre y coman pastos y piensos ecológicos, comer su carne no va a ser más ético ni sostenible que consumir productos de origen animal procedentes de ganaderías intensivas. Y es que, en cualquier tipo de granja, los animales son explotados y asesinados en un momento u otro. Lo que importa es la rentabilidad, no el bienestar animal. Porque el bienestar animal no existe, por mucho que los ganaderos de explotaciones ecológicas presuman de ello y las normativas en relación con esta actividad utilicen dicha expresión.

De hecho, nadie tildaría de bienestar el hecho de separar a un hijo de su madre en cuanto nace para asesinarlo mientras otros se aprovechan de la leche destinada a ese bebé; nadie tildaría de bienestar matar a un ser humano cuando se pone enfermo en lugar de buscar el mejor tratamiento para curarlo; nadie tildaría de bienestar asesinar a una persona. Por eso, no hay bienestar animal en la ganadería ecológica que recurre a las mismas prácticas que la intensiva, con la única diferencia de la alimentación de los animales o el entorno donde viven.

En este punto, más de uno me respondería, de manera especista: «es que no se puede comparar a los animales con las personas». Y yo le diría: «¿es que los humanos no somos animales?, ¿es que no podemos dar a los demás seres sintientes la condición de persona? Realmente, no somos tan diferentes, y aún con nuestras diferencias, es innegable que tanto los humanos como los no humanos tenemos la capacidad de sentir. Por lo tanto, la primera razón por la que la carne (o la leche) ecológica no es ética es que los animales sufren. Una vaca sufre cuando le quitan a su ternero recién nacido para convertirlo en carne mientras que a ella le roban su leche para envasarla; un cerdo sufre cuando es asesinado en el matadero; una gallina sufre cuando tiene que poner huevos a diario y es asesinada cuando cesa la producción de estos, con tan solo dos años de edad. Y sí, todo esto pasa en la ganadería ecológica y también en las granjas intensivas. En definitiva, todo esto sucede en la ganadería, da igual de qué tipo sea.

Por otra parte, aunque los animales puedan pastar al aire libre y comer de una forma más natural y sin tantos químicos, no podemos justificar por eso el hecho de explotarlos. Porque no tenemos derecho a explotar a las vacas por su leche o su carne, ni a las gallinas por sus huevos, ni a los cerdos para hacer jamón. Si lo piensas bien, esto es algo tremendamente egoísta. Por tanto, la opción más ética siempre será no consumir productos de origen animal, y no lavarse la conciencia pensando que comprando carne ecológica estamos haciendo un favor a los animales, porque no es así.

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¿La ganadería ecológica es sostenible?

Uno de los argumentos a favor de la ganadería ecológica es la sostenibilidad, pues supuestamente este tipo de granjas son más favorables con respecto al medio ambiente que las intensivas. Pero lo cierto es que la sostenibilidad va mucho más allá de la procedencia de la carne y de las condiciones en que son criados los animales.

En primer lugar, es muy difícil que toda la ganadería actual se transforme en ecológica. Por el contrario, cada vez hay más macrogranjas, a pesar de que hay una mayor conciencia con respecto al medio ambiente y los animales. Y si esto sucede es por la rentabilidad y porque la ganadería intensiva es un negocio que da mucho dinero y que los grandes empresarios no están dispuestos a perder, y a ellos les da igual la contaminación y, por supuesto, les da igual el bienestar animal. Transformar todas las granjas en ecológicas requeriría, además, una mayor cantidad de espacio y uso del suelo, algo en lo que ahorran las macrogranjas y que, precisamente, contribuye a que sean rentables.

Por otro lado, el daño al medio ambiente procedente de la ganadería no solo se debe al metano de las vacas, sino también a su alimentación y al gasto de agua. Los animales necesitan kilos y kilos de comida, de piensos hechos a base de granos, soja u otros cultivos para los que se necesita mucho terreno. ¿Qué sentido tiene destinar este espacio agrícola a alimentar a unos animales para acabar comiéndonoslos cuando podríamos aprovechar directamente nosotros mismos esos alimentos? Eso sí sería sostenible.

7 comentarios sobre “La carne ecológica tampoco es ética ni sostenible

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