Veganismo en los medios de comunicación

Cómo deberían tratar el veganismo los medios de comunicación

Ser vegana y trabajar en un medio de comunicación no siempre es fácil. La parte buena es que tienes la posibilidad de dar voz al movimiento animalista a través de organizaciones, protectoras, santuarios o personas influyentes dentro del activismo por los derechos de los animales. La parte mala es que lo que publicas o no depende de un jefe que tal vez no te permita contar lo que quieres o como lo quieres contar. O tal vez te obligue a redactar textos con los que no estás de acuerdo.

De hecho, el veganismo en los medios de comunicación no suele salir bien parado y a veces se incluye bajo titulares sensacionalistas que solo buscan el click fácil. El ejemplo más frecuente es el del típico niño vegano que muere. Y claro, los lectores piensan: «Qué malos padres que imponen a sus hijos lo que come y no le dejan decidir», como si alguien de pequeño hubiera tenido la capacidad de elegir lo que comía; o «qué malos padres que privan a sus hijos de los nutrientes que necesita». Sin embargo, son más los niños omnívoros que fallecen que los veganos, ¿por qué en ningún medio vemos titulares como «muere un niño omnívoro…»? Resultaría raro ante los lectores, quienes, sin embargo, se escandalizan al ver el término «vegano». Desde luego, noticias de este tipo no aportan nada. 

Por otro lado, en algunos medios de comunicación todavía siguen apareciendo profesionales de la salud que arremeten contra la alimentación basada en plantas mientras hablan de las bondades de la carne. Y esto en el año 2022, cuando las principales organizaciones internacionales llevan casi 20 años alertando de los riesgos de su consumo.  

Menos mal que otros medios de comunicación cuentan con profesionales actualizados a los que dejan su espacio para divulgar en base a la ciencia y no a las creencias de hace 30 años.  

Una industria poderosa 

Pero es normal que los medios en España no aporten una imagen demasiado buena del veganismo. La industria de los productos de origen animal tiene demasiado peso en nuestro país. En comunidades autónomas como Castilla y León son típicos platos como el cochinillo segoviano, el lechazo asado o los torreznos de Soria, y las instituciones protegen estos productos como si fueran eso, productos, y no animales que han sido asesinados. Como si fueran imprescindibles. Como si fueran saludables. Los protegen, al fin y al cabo, porque forman parte de una industria poderosa con la que les interesa mantener una buena relación porque genera ingresos. 

Es por eso que instituciones públicas como algunas diputaciones promocionan ciertos alimentos cárnicos o quesos típicos de determinadas zonas, y aquí es donde entran en juego los medios de comunicación, que acuden, como medios que son, a las convocatorias de prensa donde se presentan campañas o eventos relacionados con esos productos. Pero a veces esto va más allá de una rueda de prensa y acaban pagando al medio en cuestión para que publique un anuncio sobre ese evento o campaña promocional. Y cuando se publicita un producto a cambio de dinero, no se puede hablar mal de este ni dañar a la industria que lo genera.  

En ocasiones, la publicidad va más allá de un simple anuncio y se convierte en reportaje. Pero este tipo de colaboraciones no solo se da entre administraciones públicas y medios, sino que también se hace con empresas privadas, que a veces invitan a los propios periodistas o directores de dichos medios de comunicación a visitas a sus fábricas o a eventos, les regalan algunos de sus productos y, por supuesto, les pagan por hacerles quedar bien ante el público. Por eso los medios generalistas no son independientes. Por eso algunas veces me ha tocado firmar ciertos textos de los que no estoy nada orgullosa. 

¿Pero al margen de esto, qué es lo que busca un medio cuando publica que ha muerto un niño vegano? Lo hemos mencionado antes, el click fácil, o lo que es lo mismo, dinero. Tal vez haya algunos periodistas que lo que busquen sea desprestigiar el veganismo, hacer creer a la gente que no es saludable o crear una alarma. Pero tras haber trabajado en diferentes medios, me queda claro que lo que realmente quieren son esos clicks, sin importar de dónde procede la información, sin contrastarla, sin verificar nada, sin informarse más allá de lo que dice un titular sensacionalista

Por otro lado, lo que ocurre dentro de las redacciones es lo que la gente no ve. Los periodistas publicamos todo tipo de información, en temas de los que a veces estamos a favor y otras veces no. Yo hasta el momento no me he encontrado a personas demasiado abiertas al veganismo en las redacciones, pero creo que esto es algo generalizado en cualquier ámbito laboral que vivimos muchas personas veganas. 

Pero a pesar de las reticencias, de los comentarios que se escuchan dentro de una oficina o de la voz que se les da a quienes explotan animales mientras se les resta a quienes los ayudan, la industria cárnica o la láctea no serán siempre tan poderosas. El dinero no lo es todo. Tiempo al tiempo. Mientras tanto, los veganos también contamos con medios especializados en los que informarnos.

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