Lo absurdo de vestir con pieles cuando existen materiales sintéticos

Partiendo de la base de que no necesitamos pieles de animales (y tampoco otro tipo de tejidos de origen animal) para poder vestirnos ni para poder lucir accesorios bonitos, queda claro que la producción de estos materiales hace tiempo debería estar prohibido, ya que existen prendas de origen vegetal o sintéticas que: nos abrigan más o igual que las de piel, tienen el mismo uso, quedan igual de bien, contaminan menos y son más éticas.

La industria peletera es especialmente cruel con animales de diferentes especies, ya sean corderos, ardillas, conejos, visones, nutrias, mapaches, zorros, cocodrilos, serpientes, focas, etc. ¿Y todo para qué? ¿Para fabricar una prenda que puede recrearse con tejidos sintéticos? No entiendo que en el siglo XXI se siga realizando esta práctica, aunque aún hay gente que la justifica porque sirve para aparentar elegancia o quienes la justifican porque «de esos animales se puede aprovechar su carne». Nada más lejos de la realidad, lo cierto es que animales como los visones, salvajes en este caso, son criados en masa y encerrados en jaulas hasta su muerte. Una muerte agónica e innecesaria, además de un robo, porque la piel del visón, la del zorro o la de la vaca tienen un fin. Y esa finalidad no es vestir a los humanos, sino proteger a estos animales.

Pero la crueldad de la industria peletera no queda ahí. Y es que mucha gente no sabe que para fabricar una prenda no se utiliza tan solo a un animal, sino que se requiere el asesinato de decenas o cientos de ellos. La piel de un solo zorro no da para producir un abrigo entero. Otro aspecto que muchas personas desconocen es la matanza de vacas en La India, por su piel. Estos rumiantes son considerados sagrados en el país asiático, por lo que sus habitantes no comen su carne, pero sí son asesinados para fabricar ropa de piel. Existen empresarios o intermediarios en La India que se dedican a comprar vacas de mayor edad o a personas que ya no pueden hacerse cargo de ellas por su situación económica a quienes les viene muy bien el dinero que les dan. Estas vacas son, finalmente, asesinadas por la industria peletera.

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Tampoco la lana es ética, aunque como en este caso no se produce la muerte del animal durante el proceso en el que se les quita su pelo, quizá no es tan fácil empatizar. Además, no todo el mundo conoce lo que hay detrás de la industria de la lana: explotación laboral, estrés de los animales, prácticas violentas, cortes… Las ovejas necesitan ser esquiladas al llegar la estación calurosa. Esto se debe a que, en primer lugar, proceden de países fríos pero hoy en día se localizan prácticamente en cualquier lugar del mundo, independientemente del clima. En segundo lugar, algunos tipos de ovejas han sido seleccionados para producir más lana, lo que hace que sea aún más molesto para ellas conservarla durante el verano.

Entonces ¿por qué no aprovechar esa lana en lugar de tirarla a la basura? Pues bien, las personas encargadas de esquilar a las ovejas, generalmente procedentes de países del este de Europa o de América Latina, llegan a nuestro país únicamente para realizar este trabajo, algo similar a los agricultores procedentes de África que llegan en época de vendimia o de recolecta de algún otro cultivo, contratados por empresarios que pretenden explotarlos y sacar el máximo rendimiento y rentabilidad de ellos. En el caso de los esquiladores, quienes deben quitar la lana al mayor número de ovejas en el menor tiempo posible y en el mayor número de granjas posibles al día, estos cobran por la cifra de animales esquilados, y no por horas. Esto conlleva que hagan su trabajo muy rápido y que las ovejas sufran estrés, sean inmovilizadas en contra de su voluntad y sufran cortes debido a la prisa de estos trabajadores. Si a esto le sumamos que no necesitamos la lana para abrigarnos en invierno, obtenemos la respuesta a cuál es la razón por la que las personas veganas rechazan también la lana. Y sí, las ovejas deben ser esquiladas, pero no de una forma violenta.

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Alternativas

Por suerte, en la actualidad disponemos de alternativas a la moda de piel, que además suelen ser mucho más baratas. Es cierto que la mayoría de las prendas que compramos son sintéticas, ya que su precio es más asequible, tanto para los consumidores como para el empresario. Esto ocurre, sobre todo, cuando hablamos de piel o cuero, aunque otros tejidos de origen animal sí son más baratos, como la lana, por ejemplo. De hecho, la compra de ciertas prendas de piel se atribuye a personas adineradas o que pretenden aparentar elegancia en eventos especiales. Bajo mi humilde opinión, más que elegancia, lo que aparentan es una enorme falta de sensibilidad y desconocimiento.

Si bien en nuestros días es mucho más sencillo adquirir un abrigo sintético que uno de visón, con otro tipo de ropa no es tan sencillo. Es lo que sucede con el calzado, algo que mucha gente no sabe. Por eso, es importante apoyar a marcas comprometidas o asegurarse de que los zapatos que compramos están libres de crueldad animal. También hay otros ámbitos en los que se utilizan pieles y lo ignoramos o no nos damos cuenta, como en el interior de algunos vehículos o en los edredones de plumas. Y es que el maltrato animal está presente en tantos sectores, en tantas rutinas, en tantos aspectos de nuestro consumo, que a veces no podemos abarcarlo todo. Lo que sí podemos hacer es informarnos para que, la próxima vez que adquiramos un producto, comprobemos que ningún animal ha sufrido durante la producción del mismo.

26 comentarios sobre “Lo absurdo de vestir con pieles cuando existen materiales sintéticos

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