«Ecologista, animalista»

El ecologismo y el animalismo son dos movimientos que a veces se confunden. De hecho, es habitual escuchar a colectivos como el de los cazadores meterlos a los dos en el mismo saco sin conocer las diferencias, lo cual denota bastante ignorancia. Y ojo, yo tampoco soy ninguna experta en cuestiones ecologistas y seguramente se me escapan muchas cosas, pero sí tengo más experiencia en el aspecto animalista, y puedo asegurar que verdaderamente existen dichas diferencias.

Sin ir más lejos, se me vienen a la cabeza frases que he escuchado a lo largo de mi vida, como: «me caerás bien siempre que no seas ecologista o animalista», «que vengan los ecologistas y los animalistas y metan a los lobos en sus casas» o «estos ecologistas-animalistas no saben nada del campo». Lo peor de todo es que cuando intentas explicar a esas personas ambos conceptos, siguen sin entenderlos. Pero cuando formas parte del movimiento animalista, lamentablemente, tienes que escuchar y leer comentarios que vienen del ecologismo haciendo referencia a la masacre de gatos o palomas que habitan en las ciudades, o de ciertas especies catalogadas como «invasoras«, como las cotorras en España. Tampoco es extraño encontrarse con personas ecologistas que defienden la caza de ciertos animales porque consideran que hay «sobrepoblación«, mientras condenan la caza de otros que están en peligro de extinción.

Y bajo mi punto de vista, es precisamente ahí donde radica la diferencia entre ecologismo y animalismo: en el aspecto antiespecista. Alguien que defiende la caza del jabalí mientras rechaza la del lobo es especista, y alguien que se considera animalista no debería serlo, y por ende, estará mucho más cerca de ser vegano o vegana que de ser ecologista. Pero tampoco es mi intención desvincularme del ecologismo, un movimiento mucho más conocido y mediático que el veganismo, el animalismo y el antiespecismo, que durante décadas ha denunciado la acción de los gobiernos en materia medioambiental, las industrias contaminantes, la desaparición de especies por culpa de los seres humanos y un sinfín de aspectos más cuya importancia hemos de tener presente y que están muy conectados con reivindicaciones animalistas.

Por supuesto, hay otras formas de entender el ecologismo, aunque tengo la sensación de que lo que acabo de mencionar ha sido la cara más visible de este durante años. En pleno siglo XXI, es momento de que este movimiento evolucione y adquiera ese cariz de respeto por todas las especies, de empatía y sensibilidad animalista que está creciendo en nuestra sociedad, y que, por ejemplo, dejen de utilizarse términos como el de «especie invasora» para pasar a tener en cuenta a todos los animales que forman parte de nuestros ecosistemas, sean autóctonos o introducidos por el ser humano. No puede ser que la caza siga poniéndose como una solución por parte de quienes deberían defender el medio ambiente. No me creo que no existan alternativas éticas a cuestiones causadas por nosotros mismos.

¿Se puede ser ecologista y animalista?

Según la RAE, el animalismo es el «movimiento que propugna la defensa de los derechos de los animales», mientras que el ecologismo es la «doctrina que propugna la defensa de la naturaleza y la preservación del medio ambiente». ¿Por qué no unir ambas defensas? Por supuesto que se puede respetar a los demás animales y a la vez nuestro entorno natural.

Tengo la sensación de que ambos movimientos están cada vez más conectados, pero sigo viendo esas diferencias de las que hablaba y considero importante conocer esa realidad antes de decir que el ecologismo y el animalismo son lo mismo. Sin embargo, creo que ambos deberían ser aliados y buscar soluciones conjuntas, aunque por desgracia, muchas veces no es así.

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