Las organizaciones animalistas se muestran decepcionadas con el resultado del referéndum, pero coinciden en su trascendencia
Los suizos han votado en contra de la prohibición de la ganadería industrial en el referéndum celebrado el pasado domingo, 25 de septiembre. A pesar de que Suiza ha hecho historia al dejar que los propios ciudadanos decidieran si las granjas deberían tener normativas más estrictas en aspectos como el alojamiento, el mantenimiento o las prácticas de sacrificio, la propuesta ha sido rechazada por el 62,86% de los votantes.
El resultado obedece a varias causas. Por una parte, existía una preocupación en la población porque la prohibición de la ganadería intensiva podría hacer que aumentasen los precios de los alimentos. También se temía que se produjera una mayor llegada de productos extranjeros a los comercios, a pesar de que la medida hubiese supuesto que las importaciones tuvieran que adaptarse a nuevas normas. Por otra parte, los sindicatos de ganaderos habían señalado que los estándares de «bienestar animal» en Suiza ya son altos.
La cifra de personas que votaron en contra ha sido considerablemente mayor de lo que se preveía en las encuestas. Solo una región de las 26 suizas, el cantón de Basilea, votó a favor de la propuesta, que fue iniciada por la organización antiespecista Sentience Politics. El cofundador de esta asociación, Philipp Ryf, ha declarado a Plant Based News que «con la iniciativa hemos conseguido iniciar un diálogo legalmente esperado sobre lo que comemos, y hemos sido capaces de poner de manifiesto las terribles condiciones de las granjas suizas, a las que se sigue restando importancia. Es un éxito importante».
Philipp Ryf ha añadido que «en los próximos 25 años, la ganadería cambiará y deberá cambiar significativamente, una opinión que comparte el gobierno suizo”, y ha hecho mención al compromiso de la organización: “Esperamos que llegue el día en que las granjas industriales sean cosa del pasado«.
Por su parte, la organización ProVeg International se ha mostrado «decepcionada» por el resultado, pero ha señalado que la consulta realizada en Suiza «aumentará la conciencia sobre la necesidad urgente de frenar la cría intensiva de animales», y ha recordado que la ganadería «es responsable de las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero, que deben reducirse para evitar el caos climático». La organización espera que «otros países se inspiren en la iniciativa de Suiza y pongan en marcha sus propias propuestas para hacer frente directamente a los daños medioambientales causados por la ganadería industrial».
Tras conocer el resultado, el ministro del Interior suizo, Alain Berset, ha declarado que los ciudadanos «han juzgado que la dignidad de los animales se respeta en nuestro país y que su bienestar está suficientemente protegido por la legislación actual», que limita el número de animales que se pueden tener en una granja a 300 terneras, 1500 cerdos o 18000 gallinas y deben ser obligatoriamente aturdidos antes de matarlos. Pese a ello, como en otros países, la ley deja muchas lagunas y las entidades animalistas señalan que los animales a menudo no viven en las granjas «como sugiere la publicidad».
No es la primera vez que Suiza vota contra una iniciativa relativa a los derechos de los animales. El pasado 13 de febrero, el país votó en referéndum contra la prohibición de la experimentación en animales.
Esta noticia ha sido reelaborada a partir de la información publicada en Plant Based News el 26 de septiembre de 2022 por Polly Foreman