Quedan menos de 350 individuos
La ballena franca del Atlántico Norte podría desaparecer a causa de la pesca de langostas. El riesgo ha aumentado después de que el sector obtuviera un permiso para continuar utilizando aparejos de pesca perjudiciales para la especie en Maine (Estados Unidos).
Las redes y otros utensilios de pesca son una grave amenaza para estas ballenas, que se encuentran en peligro de extinción. Sin embargo, estos equipos podrán seguir usándose, al menos, hasta el 2028. Estos aparejos pueden causar enredos y otros incidentes letales para estos animales. Otras veces, sufren golpes contra los barcos pesqueros.
Se estima que quedan menos de 350 ejemplares de estas ballenas, y el número de hembras reproductoras no llega al centenar. Como consecuencia, la población no deja de disminuir y en la última década, se ha reducido casi un 30%.
La pesca de langostas ya estaba limitada
Pese a esta medida, un tribunal federal ya había prohibido el uso de ciertos equipos de pesca de langostas por suponer una amenaza para las ballenas. La prohibición debía aplicarse en 2024, aunque solo en momentos concretos del otoño y el invierno, con el fin de proteger a los animales migratorios.
El sector de la langosta se opuso al fallo, y ahora podría haber presionado para retrasar la protección de las ballenas.
Pesca fantasma
Las ballenas del Atlántico Norte no son las únicas amenazadas por la ingente cantidad de aparejos de pesca en los océanos. Millones de redes, anzuelos y otros utensilios permanecen en las aguas aunque no se esté haciendo uso de ellos, generando un importante impacto en la vida marina. Tortugas, delfines o tiburones son algunas de las especies que suelen sufrir enredos y muertes como consecuencia de esto. Es lo que se conoce como pesca fantasma.
Fuente: Plant Based News.
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