En España, tendemos demasiado a idealizar otros países porque creemos que sus circunstancias son mejores que las nuestras: más derechos, mejor calidad de vida, menos precariedad… Y en muchos aspectos, realmente tenemos mucho que avanzar con respecto a otros estados, aunque cuando viajas, te das cuenta de que no estamos tan mal como pensamos. Lo mismo ocurre con el veganismo. Varias experiencias en diferentes países me han hecho llegar a la conclusión de que las mentes están tan cerradas en Alemania como en España.
Cuando visitamos otros países, solemos acudir a las grandes ciudades, donde salvo excepciones, las opciones plant based no son muy difíciles de encontrar. Pero lo que vemos en estas urbes no es más que una mínima parte del país, en las que abunda el turismo y un consumo pensado para satisfacer a todo el mundo. No ocurre lo mismo en ciudades pequeñas o en pueblos, por lo que decir que en el norte de Europa el veganismo está mucho más avanzado que en España es una afirmación cuya validez depende de qué zonas de cada país comparemos.
Hoy indagamos un poco más en esto a través de mi experiencia en cuatro países: Portugal, Italia, Francia y Alemania.
Portugal
Las personas veganas que visitan Portugal suelen volver encantadas de las opciones que han encontrado para comer. En ciudades como Oporto o Lisboa es muy sencillo encontrar restaurantes veganos, e incluso hay alguna que otra cadena de restaurantes cien por cien vegetales. En zonas como el Algarve, tampoco es difícil encontrar opciones e incluso en pueblos pequeños es posible comer en establecimientos con opciones plant based, aunque a veces esas opciones se limitan a un plato ovolactovegetariano, por lo que las personas veganas tenemos que recurrir a lo que estamos acostumbradas a hacer: pedir que quiten ingredientes a un plato.
En zonas menos turísticas, la cosa se complica. Por ejemplo, en cualquiera de los municipios fronterizos con España puede resultarnos complicado encontrar un restaurante que no base su menú en el clásico bacalao portugués y pasteles de nata para acompañar el café. También podemos encontrarnos con establecimientos con cartas más amplias en las que no hay ni una opción cien por cien vegetal y lo más cercano a esto es una lasaña de verduras (por supuesto, con bechamel de leche de vaca).
En cuanto a restaurantes, he percibido grandes diferencias entre el norte y el sur del país vecino respecto a la dificultad para dar con opciones, en las que el sur, más turístico, gana por goleada.
Eso sí, en los supermercados portugueses es fácil encontrar alternativas a la carne, y hasta puedes comprar morcilla vegana (muy rica en el cocido, por cierto), algo que todavía no he visto en supermercados españoles. Por algún motivo (tal vez falta de atención), visitando algunos locales de este tipo en el norte de Portugal, he localizado más opciones que en el sur, a diferencia de lo que ocurre con los restaurantes.
Italia
Las personas veganas podríamos comer todo lo que quisiéramos en Italia si no fuera porque casi todo contiene queso, que no puede faltar en prácticamente ningún plato de pasta tradicional italiano.
Por eso, si quieres comer pasta en Italia, lo mejor es que acudas a un restaurante vegano o con opciones, porque en uno convencional será difícil encontrar un plato sin queso, algo parecido a lo que ocurre en los restaurantes italianos en España.
Para mí no fue difícil comer en Italia porque cuando visité este país era vegetariana, y realmente, para personas vegetarianas no hay demasiadas complicaciones.
No puedo opinar mucho más sobre Italia porque hace bastante tiempo de esta visita y no conocí esa Italia más rural donde tal vez la dificultad sería mayor.
Francia
A pesar de algún que otro inconveniente, diría que ni en Portugal ni en Italia es tan complicado comer vegano como en Francia. Las opciones aquí se reducen al mínimo, y prácticamente todo contiene algún ingrediente de origen animal.
Al contrario que en Italia, de Francia no he visitado ciudades grandes, por lo que podría entender que no haya restaurantes veganos en los lugares donde he estado, pero es que ni siquiera en los supermercados más gigantes resulta sencillo encontrar una alternativa plant based.
Es probable que muchas de las personas que se quejan de que ser vegan es difícil en España no hayan visitado Francia.
Esta es la opinión de alguien que ha cruzado el país entero en coche parando en algún pueblo o ciudad pequeña y ha pasado hambre hasta encontrar una franquicia con una opción vegana. Por no hablar de la comida de las vías de servicio… Porque Francia tiene las vías de servicio más completas del mundo, pero les falta la comida veggie.
Alemania
Aunque haya a quienes les cueste creerlo, localizar restaurantes veganos en Alemania puede ser realmente complicado. Porque Alemania no es solo Berlín, y puede que Berlín sea el paraíso vegano, pero en el resto del país no han tomado ejemplo.
En los pueblos, muchas de las típicas pastelerías alemanas carecen de opciones veganas, solo en ciertos casos disponen de alguna. La población está muy acostumbrada a la carne y los lácteos, no nos olvidemos que es el país de las salchichas, y eso es por algo. Pero no todo es tan dramático y aplicaciones como Happy Cow casi siempre muestran opciones cercanas aunque en el pueblo donde estés no las haya. Eso sí, para encontrar un restaurante cien por cien vegetal hay que trasladarse a las ciudades.
Como en Francia, en Alemania muchas veces he recurrido a franquicias para poder comer una hamburguesa vegana, aunque también hay cientos de locales turcos donde se puede pedir un delicioso falafel.
En cuanto a opciones en restaurantes, a pesar de los posibles inconvenientes, los pueblos de Alemania nos dan más facilidades que los de España, aunque buena parte de la población sigue siendo reticente al veganismo, pese a la imagen que se nos muestra.
Por su parte, los supermercados ofrecen las dos caras de la sociedad: gente comprando carne y todo tipo de salchichas en mostradores enormes como si no hubiera un mañana y pasillos enteros de opciones plant based. De uno de estos supermercados saqué el primer atún vegano que he probado. También es fácil encontrar en ellos salmón vegano, un montón de hamburguesas de diferentes marcas, platos típicos en su versión vegetal o platos preparados veganos de todo tipo.
Comer vegano en Alemania (sobre todo cuando compras tu propia comida) es muy fácil. Lo difícil es lidiar con quienes no entienden el veganismo. Casi exactamente igual que en España, solo que con más opciones.