En muchos productos, vemos esa «V» que indica que es vegano y algunas veces, esto conlleva que podamos acelerar nuestra compra y no pasar horas leyendo listas de ingredientes para saber si un producto es plant based o no. Sobre el etiquetado vegano ya hablé en una entrada anterior y estoy totalmente a favor de que se incluya en los envases de lo que compramos porque nos facilita la vida y nos da unas garantías.
Sin embargo, hay ocasiones en las que una uve nos puede engañar, y basándome en mi experiencia, he señalado las tres que creo que son más frecuentes. Te las menciono a continuación.
1. Aceite de palma
Aunque el aceite de palma es un producto cien por cien vegetal y es utilizado en alimentos que se venden como veganos, lo cierto es que su obtención significa muerte para los orangutanes que habitan en los bosques de Indonesia. Es por eso que muchas personas veganas optan por no consumirlo, o al menos no hacerlo si no tiene garantías de cómo ha sido su producción.
Sin embargo, podemos ver el etiquetado vegano en productos que contienen aceite de palma, como por ejemplo algunas margarinas o ciertas alternativas vegetales a la carne. Si has decidido que además de los alimentos de origen animal también vas a excluir el aceite de palma de tu alimentación por motivos éticos, deberás fijarte bien en las listas de ingredientes.
2. Productos vegetarianos
A veces, el etiquetado vegano puede confundirse con el vegetariano. La letra uve es exactamente la misma, con idéntico diseño y color verde característico. La diferencia es que cuando es vegano, aparecerá la palabra «vegano», y cuando es vegetariano, será esta última palabra la que encuentres, así que hay que prestar atención por si el producto contiene lácteos, huevos o miel.
También puede ocurrir que un producto esté etiquetado como vegetariano, pero no contenga ningún ingrediente de origen animal. Nuevamente, tendremos que acudir a la lista de ingredientes para cerciorarnos.
3. Cruelty Free
Si nos vamos a los productos de cosmética, higiene o limpieza, tendremos que atender a dos aspectos: que no hayan sido testados en animales y que no contengan elementos de origen animal en su composición. Lo primero nos lo garantiza el sello Cruelty Free, que suele ser la silueta de un conejo. Pero esto no nos indica nada acerca de los ingredientes, sino que lo que señala que no hay ningún componente animal es la famosa uve o la palabra «vegan» o «vegano» en algún lugar del envase. A su vez, esto último no garantiza que el producto no haya sido testado en animales, únicamente que no se han usado ingredientes de ese origen.
Por ello, en estos casos tendremos que fijarnos en que aparezcan las dos etiquetas, sobre todo si tenemos en cuenta que aquí es más difícil leer las listas de ingredientes, pues muchos de los que se utilizan en este tipo de artículos no los conocemos o tienen nombres que se nos hacen demasiado extraños.
Un comentario en “3 Formas como a veces nos engaña el etiquetado vegano”