Música y animales

Hace casi un año hablé, en este mismo blog, sobre cómo fue mi progreso hacia el veganismo. En aquel post, narraba la influencia que tuvo sobre mí un grupo de música y algunas de sus canciones en concreto. Me refiero a Ska-P. Con 13 o 14 años, no había escuchado nunca antes nada igual, y aunque gracias a algunos miembros de mi familia conocía desde pequeña otros estilos más allá de lo que sonaba en la radio y lo que escuchaban mis amigas del colegio, esa fue la primera vez que oí música reivindicativa. Canciones con mensajes muy claros.

Y uno de los mensajes que transmitía ese grupo en sus canciones es el respeto hacia los demás animales. Había dos canciones que me gustaban especialmente y que me siguen gustando años después: «Insensibilidad» (2002), acerca del abandono de perros; y «Vergüenza» (2000), sobre la tauromaquia. Pero Ska-P también tiene otros temas relacionados con la causa animalista, como «Wild Spain» (2008), «Animales de laboratorio» (1996) o «Kémalo» (1998).

Si aún hay gente que nos tilda de locos cuando los veganos hablamos de la crueldad de la peletería, del uso de animales en laboratorios o de las corridas de toros, no me imagino cómo sería hace 20 años, cuando se publicaron algunas de estas canciones.

Pero mucho antes de que este grupo llegase a mis oídos, había escuchado algún que otro mensaje animalista camuflado en canciones conocidas por la mayoría, pero de manera quizá más indirecta. De hecho, tras años cantando temas como «Toda la noche en la calle» (2002), de Amaral, tardé en analizar la frase: –no sé qué pinto yo aquí-, dijo un torito en la arena, si solo quiero vivir.

Más recientemente, he tenido el gusto de conocer la crítica a la tauromaquia a través de otras canciones, como «Quién le pregunta a él» (2016), de Leo Jiménez, con una letra capaz de conmover y de lograr que nos pongamos en la piel del animal que es criado con la única finalidad de ser asesinado en una plaza. Como dice la canción, si hay que nacer para sufrir, yo prefiero no vivir.

Y en un tono mucho más humorístico, hace aún menos tiempo me sorprendía el tema «Velociraptor vegano» (2018), del grupo Sons of Aguirre, que nos deja más que claro que la explotación animal actual forma parte del sistema capitalista en el que vivimos y no es más que otra consecuencia de este. Sin embargo, el propio capitalismo siempre se las ingenia para convertir luchas como esta en mercado.

Cuando pensé en hacer una entrada rescatando algunas de las canciones que se acuerdan de los animales en sus letras, las primeras que me vinieron a la cabeza fueron estas. Sé que hay muchas más, algunas que conozco y otras que aún no he escuchado, pero seguro que este post no es el último en el que hablo de música.

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