Desde la infancia, recibimos una educación especista en la que lo que aprendemos sobre los animales no humanos dista bastante de la realidad. Así, nos enseñan que la oveja da lana, mientras que el perro es nuestro mejor amigo; o que el cerdo nos regala altruistamente el jamón y las vacas nos dan su leche porque les sobra.
Una de las excursiones más frecuentes en los colegios es la granja. También son habituales las salidas a zoológicos y acuarios, e incluso a veces los animales son obligados a vivir en jaulas o cajas dentro de las aulas de los centros escolares a modo de experimento (peces, gusanos de seda o pollitos son solo algunos ejemplos de casos reales). Por no hablar de los niños que son educados en la caza o en la tauromaquia. O de aquellos que van alegremente al circo a ver a sus animales favoritos.
Los libros de texto, los dibujos animados y los métodos de enseñanza están plagados de especismo. Pero lo cierto es que ni un zoo, ni un acuario ni un circo son los lugares más apropiados para aprender sobre los animales. Y es que ninguno de ellos va a comportarse de forma natural en sitios como estos, en los que viven en cautividad y no pueden desarrollar sus instintos. Los animales que nacen en libertad han de vivir libres. ¿Por qué no les explicamos esto a los niños? ¿Por qué no les decimos lo que sufren los animales de los circos o cómo han sido capturados, tradicionalmente, los que se exponen en zoológicos como piezas de museo?
Visitar una granja; acudir a zoológicos, a circos o a encierros taurinos e ir de caza el fin de semana son las cosas que no hay que hacer para aprender sobre los animales, entre otras cosas, porque no son actividades didácticas. Por supuesto, si vas de viaje, dar paseos en carros tirados por caballos como en el siglo XVIII tampoco es una manera de conocer a los animales; ni viajar en camello, ni visitar cualquier tipo de atracción en la que se utilicen animales.
Pero ahora mejor hablemos de lo que sí podemos hacer si realmente tenemos interés en conocer más en profundidad sobre las diferentes especies que habitan en el mundo.
5 Maneras de conocer a los animales
- Documentales. Parece un clásico, y de hecho, lo es. Pero lo cierto es que tenemos a nuestra disposición miles de documentales, tanto en plataformas como en la televisión en abierto, sobre todo tipo de especies, y su audiencia es bastante poca. Yo reconozco que a mí me gusta verlos, pero sé que a mucha gente le parecen aburridos, y desde luego, existen otras opciones para estas personas que no pasan por la explotación animal, aunque también es verdad que hay documentales hechos desde muy diferentes enfoques y para todos los públicos. Eso sí, también hay que tener en cuenta que a veces los animales son maltratados o estresados durante la realización de documentales, y en ese sentido, podemos buscar producciones promovidas por personas que abogan por firmarlos sin maltrato, como Jane Goodall.
- Libros. Como con los documentales, existen libros divulgativos sobre prácticamente todos los animales que habitan en el planeta o sobre grupos enteros de estos, como insectos o mamíferos. También existen libros para todos los gustos y edades, y se pueden encontrar textos infantiles más allá de los clásicos que nos mienten diciendo que las gallinas ponen huevos para nosotros y los animales viven felices en las granjas.
- Artículos. Si formas parte del mundo de las ciencias que estudian a los animales, seguramente habrás leído muchos artículos científicos sobre estos, pero si no, tal vez te resulten igualmente interesantes a pesar de la complicación que supone a veces el lenguaje tan técnico. La ventaja de este tipo de artículos es que tocan temas muy concretos y muy a fondo, y leerlos te pondrá al día de la investigación sobre las especies, aunque también puedes leer artículos del pasado y comprobar la evolución de las investigaciones. Por supuesto, si no quieres leer algo tan complejo, existen otros muchos textos escritos para el público general que se encargan de resumir y traducir lo más relevante de los estudios.
- Observación respetuosa. Nunca es mala idea salir a la naturaleza a contemplar animales, aunque no siempre los vas a encontrar, y tampoco hay que forzar el encuentro, pues solo conocerás cómo se comportan los animales si respetas su espacio. Da igual el país donde vivas. Seguramente, las especies que habitan en este son variopintas y dispones de paisajes que son el ecosistema de diferentes tipos de animales, ya sean aves, reptiles o peces. En función de las especies que más te interesen, deberás escoger la época del año idónea. Por ejemplo, no podrás ver serpientes en enero, pero tampoco tienes garantizado verlas en mayo. Solo es intentarlo.
- Voluntariado. Ser voluntario en refugios y santuarios de animales es otra buena forma de conocer a los animales. Concretamente, solo de esta manera conocerás cómo son realmente los cerdos, las vacas o las gallinas que viven en santuarios, pues las granjas o explotaciones solo facilitan el comportamiento antinatural de los animales y, desde luego, no son los lugares idóneos para aprender cómo son (sí son los lugares perfectos para aprender cómo explotarlos, que no es lo mismo). También existen santuarios de animales salvajes o refugios para animales como perros y gatos, y si todavía no te has animado a adoptar, quizá un voluntariado en alguna protectora pueda ser el empuje que te falta.