Los Médici y cómo la Italia renacentista se convirtió en un zoológico de animales exóticos

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El coleccionismo de animales salvajes o exóticos ha estado presente en numerosas civilizaciones de todos los tiempos, desde Egipto hasta China, pasando por Roma o los monarcas europeos medievales. La presencia de estos animales fue casi siempre un símbolo de poder, riqueza o estatus social, y no solo se utilizaban para ser expuestos o para «adornar» jardines de reyes y personas adineradas, sino que también se les sacaba en desfiles o paseos, y en muchos casos también fueron utilizados como entretenimiento, como en el circo romano.

Los animales también se usaban como intercambio o regalo entre mandatarios, algo similar a lo que a día de hoy hace el Gobierno chino con los osos panda; sin olvidar su uso cinegético o el comercio.

De hecho, no es casualidad que los focos comerciales más importantes de Europa en la Edad Media, sobre todo los italianos, contaran también con imponentes colecciones de animales exóticos, junto con fauna autóctona, en las denominadas casas de ferias, antecedentes de los zoológicos.

Los Médici

Por supuesto, el coleccionismo de animales salvajes no escapó a emperadores, reyes y nobles. Así, es conocido que el emperador Federico II Hohenstaufen (1194-1250) tenía su particular «cadena de zoológicos», pues contaba con tres exhibiciones permanentes de animales en las ciudades italianas de Palermo, Meifi y Lucera y solía llevarse a algunos de ellos en sus viajes. Por ejemplo, cuando se trasladó a la ciudad alemana de Worms para casarse, se llevó consigo a elefantes, primates y felinos, aunque no todos regresaron a Italia con él, ya que a algunos se los ofreció como regalo a su cuñado.

Italia también se caracterizó por la rareza de las especies que albergaban sus colecciones de animales: hienas, elefantes indios, faisanes dorados de China, avestruces, osos, guepardos, tigres y jirafas. Pero si hubo unos coleccionistas que ostentaron por encima del resto fueron los Médici, la familia más influyente de la Florencia renacentista, prestamistas que llegaron a suministrar dinero a papas y reyes, no solo en Italia, sino también en el resto de Europa, ya que contaban con filiales en Roma, París, Londres o Brujas. También son recordados por su labor como mecenas. Sus aportaciones dieron lugar a muchas de las más relevantes obras arquitectónicas, pictóricas y escultóricas de la época, y también fueron grandes coleccionistas de obras de arte… Y de animales, aunque esto último no sale a relucir tanto.

Todavía hoy en el arte de Florencia se observa el recuerdo de los Médici como mecenas, una tarea que también promocionó su imagen. La influencia de esta familia fue tal que eran tratados como iguales por reyes.

Jirafas, leopardos o caballos árabes

Aunque hubo otras exhibiciones de animales en Italia, como la de la corte de Ferrara, donde Alfonso d’Este (1476-1534) mantenía un tigre y guepardos, estos últimos recreados por el pintor Tiziano (1488-1576) en su cuadro Baco y Ariadna, la más imponente se localizaba en el Palazzo Vecchio de Florencia, residencia de Cosme I de Médici (1389-1464), donde se mantenía a leopardos, osos, tigres o caballos árabes. También es conocida la jirafa de los Médici, que fue enviada por el sultán de Egipto Al-Ashraf Qaitbay (1416-1496) a Lorenzo de Médici (1449-1492), como forma de establecer relaciones con Florencia.

Los Médici como coleccionistas de animales
Representación de Lorenzo de Médici visitando a Fernando de Aragón

También era tradición en esta ciudad italiana la presencia de animales como babuinos y grandes felinos en el desfile del 6 de enero, que conmemoraba el viaje a Belén de los Reyes Magos.

Los animales exóticos de los Médici fueron, asimismo, obligados a desfilar para el recibimiento al papa Pío II (1405-1464) en la capital florentina. Para ello, se pretendió organizar un espectáculo de pelea entre animales, en la que participarían leones, lobos, jabalíes, toros o perros, que fracasó a ojos de sus organizadores, ya que no lograron que los leones atacaran a ninguno de los demás animales.

En pleno Renacimiento, la nostalgia de la grandeza de Roma puso de moda aquello de repetir incluso los actos más atroces de la antigua civilización. Así, este no fue el único enfrentamiento entre animales que se organizó a modo de entretenimiento, que los Médici utilizaban como metáfora de su poder, así como la antigua Roma explicaba al pueblo su enorme alcance a través de los animales exóticos.

Estos espectáculos se mantuvieron en los siglo XVI y XVII y se repitieron en bodas como la de Francesco I y Bianca Capello en 1579, Eleonora de Médici y Vicenzo Gonzaga en 1584 y Fernando I y Cristina de Lorraine en 1589. En esta última se organizaron peleas tan disparatadas entre animales salvajes y domésticos como la de un primate y una mula.

Los propietarios de estos animales salvajes que habían nacido en libertad a kilómetros de distancia estaban dispuestos a permitir la muerte incluso de los que consideraban sus «mejores ejemplares» por diversión y ostentación. El abuso hacia los animales en esta y otras épocas no solo tenía que ver con pretender ver al ser humano como dominante ante el resto de las especies, sino también como dominante frente a otros pueblos.

FUENTES CONSULTADAS:

Aguilar, M. (2023). «Tenía ossos y leones y otros animales fieros que los grandes señores suelen tener»: Algunas huellas del coleccionismo animal en los libros de caballerías españoles. Revista de Literatura Medieval. Alcalá de Henares, ES, 35(1), 83–108.

Graham-Dixon, A. (2018). Cómo los Medici usaron su fortuna para abrirse las puertas del cielo. BBC.

Morales, D.C. (2000). Vista de la fauna exótica en la Península Ibérica: apuntes para el estudio del coleccionismo animal en el Medievo hispánico. Espacio Tiempo y Forma. Serie III, Historia Medieval (13), 233–270.

San Román, M. (2022). Tras las huellas de los Médici de Florencia. La Vanguardia.

Una respuesta a “Los Médici y cómo la Italia renacentista se convirtió en un zoológico de animales exóticos”

  1. […] La presencia de animales salvajes en las ciudades europeas desde la Antigüedad casi siempre estuvo relacionada con esas conquistas y hazañas que hacían poderosos a los territorios y a sus gobernantes, a costa del maltrato a la población, también la no humana, de otras partes del mundo. Así, los leones del coliseo no eran más que una muestra del enorme poder de Roma, anhelado tiempo después en Italia con sus consiguientes intentos de recreación, como en tiempos de los Médici. […]

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