«Siempre se ha comido carne«. Es una de las frases que siempre nos sueltan, como si nada, a las personas veganas, no sé si para atacarnos, para justificar el consumo de productos de origen animal o para acompañar la otra típica frase de: «necesitamos los nutrientes de la carne para sobrevivir». Pues bien, que algo se haya hecho siempre no significa que esté bien. Pero es que además, en este caso, la afirmación es falsa. No siempre se ha comido carne. O al menos depende de lo que entendamos por «siempre».
Si con el término «siempre» nos referimos a toda la historia de la humanidad, estamos bastante errados y tal vez deberíamos leer un poco más sobre la alimentación en la Prehistoria. En resumen, los primeros homínidos basaban su alimentación en vegetales que obtenían a través de la recolección. Tal vez comían carroña muy puntualmente y si el azar lo propiciaba. Tuvo que pasar bastante tiempo hasta que nuestros antepasados aprendieron a cazar, y mucho después, a cocinar los alimentos y a criar ellos mismos a los animales.
A partir de ahí, la ganadería ha perdurado hasta nuestros días, pero eso no significa que siempre se haya comido carne. Y es que durante la mayor parte de nuestra historia, en líneas generales, los productos cárnicos quedaban relegados a las clases pudientes. Los más pobres, la mayoría, seguían basando su alimentación en vegetales. Hasta el siglo XX, no se masificó el consumo de carne, así que podemos decir que lo que algunos llaman «siempre» corresponde solo a las últimas décadas.
Y seguramente, muchos de nuestros abuelos criaban cerdos para hacer la matanza, o pollos, o cabritos, o terneros. Pero el consumo de la carne de estos animales no era, ni mucho menos, para todas y cada una de las comidas diarias que hacían. ¿O también vamos a asegurar que nuestros abuelos desayunaban bacon, comían un par de filetes de ternera todos los días de segundo plato y cenaban una hamburguesa de pollo?
El consumo de carne, tal y como lo entendemos hoy en día, es algo bastante contemporáneo, no solo en lo que respecta a los alimentos en sí, sino también en lo relativo a todo el proceso de producción.
Pero es cierto que la carne ha estado presente, de una manera u otra, a lo largo de toda la historia, en mayor o menor proporción, con sistemas de producción industrial o sin ellos, en forma de carroña o en forma de asado. ¿Podemos, por ello, decir que siempre se ha comido carne? Tal vez, pero lo que no podemos hacer es justificar un hábito porque exista desde hace siglos, o miles de años, da igual.
Según esta premisa, los romanos jamás habrían dejado de celebrar peleas de gladiadores porque han existido siempre, la esclavitud jamás se habría abolido porque existía desde hace siglos y seguiríamos usando la tracción animal porque siempre habíamos viajado a caballo.
Si hiciéramos lo que siempre se ha hecho, tal vez no estaríamos donde hoy estamos. Dejemos de justificar el consumo de carne con argumentos que se caen por sí solos. Reconozcamos que comemos carne porque estamos cómodos en ello, porque nos gusta y porque no queremos reconocer el daño que estamos haciendo a otros seres sintientes.
Un comentario en “Que el consumo de carne haya existido siempre no significa que esté bien”