La primera Ley de Protección Animal de España ya es una realidad. Hay quienes consideran que este es un hecho histórico, mientras que otros lo han tildado de retroceso. Y no se trata de opiniones desde sectores contrarios. No estamos hablando de la visión de los animalistas contra la de los cazadores. Este debate ha centrado muchas discusiones dentro del propio movimiento de defensa animal en España en los últimos meses. Discusiones que casi siempre se han ocupado de una única cuestión: la polémica exclusión de los perros usados para la caza de la ley. Sin ir más allá, sin profundizar en lo positivo de la norma.
Por eso, yo no catalogaré la ley como histórica, pero tampoco me atrevo a decir que es un retroceso. En lo que no puedo ser tan optimista es en la reforma del Código Penal en materia de maltrato animal, pero a eso dedicaremos otro artículo. Y es que tanto en esta reforma como en la ley, son muchas las voces de profesionales del ámbito jurídico que han alertado de los pasos hacia atrás que suponen, y me parece esencial escucharlos, así como a las entidades y organizaciones de protección animal que se muestran en desacuerdo con la legislación recientemente aprobada. De igual manera, me parece apreciable la opinión de esas entidades que sí se han mostrado favorables a esta, si bien es cierto que la visión predominante (y no sé si también mayoritaria) es la negativa.
Es cierto que la ley se centra en los animales considerados de compañía y se queda corta, o directamente es nula, en la protección de individuos de otras especies, como esos amantes de los animales que en realidad solo lo son de los perros y los gatos. Pero no nos engañemos, esto es algo que sabíamos desde el principio, ¿o alguien creyó que la ley incluiría a los toros usados en festejos taurinos, o a los animales considerados ganado?
Tras el escándalo de Vivotecnia, podríamos haber albergado la esperanza de que la norma sí incluyera a los animales usados para experimentación, pero tampoco. Pero la gota que colmó el vaso fue la exclusión de los perros de caza. Muchos animalistas nos sentimos frustrados. ¿Cómo una ley que pretende acabar con el abandono y el maltrato deja desprotegidos a los que más ayuda necesitan? Y tal vez también nos sentimos impotentes al pensar que los cazadores seguirían haciendo lo que quisieran con sus perros mientras que quienes los tratamos bien nos vemos obligados a cumplir una serie de requisitos.
Requisitos como la obligatoriedad de disponer de un seguro de responsabilidad civil o de realizar un curso de formación para la tenencia de perros, que tal vez sea una de las pocas novedades que se nos imponen a quienes convivimos con estos animales, y que aunque nos parezca absurdo, puede resultar útil en casos de maltrato, de forma que el maltratador no pueda alegar que desconocía los cuidados básicos del animal. Porque el resto de obligaciones ya las cumplimos quienes tratamos bien a los animales, si bien es necesario legislar sobre ellas para quienes no lo hacen y deberíamos alegrarnos por ello. Ejemplos serían algunos hechos más comunes de lo que pensamos, como dejar a un perro encadenado sin sombra cuando hay sol ni cobijo cuando llueve, o dejarlo encerrado en un vehículo durante un tiempo prolongado, o en un balcón.
Pero si hay algo que creo que no deja lugar a la crítica (y que igualmente ha sido criticado por animalistas) es la referencia a las colonias felinas en la ley, que establece su esterilización e identificación obligatorias por parte de los ayuntamientos. También se obliga a los propietarios de gatos a hacer lo propio. ¿Cuál es el punto negativo que algunos le han visto a esto?

Sobre esto, sin embargo, sí ha habido confusiones entre la población. En mi pueblo y en muchos otros ya corre el rumor de que van a obligar a las vecinas que dan de comer a los gatos en situación de calle o a la señora que deja entrar a estos felinos en su parcela para darles alimento a esterilizarlos. También corren otros rumores infundados como que ya no se podrá tener un periquito o el ya repetido bulo de que no se podrá matar a una rata o hacer una matanza. Ojalá hubiéramos llegado a ese punto, pero esta ley queda muy lejos de eso, para la tranquilidad de muchas personas.
No más animales en circos ni en sorteos
Por otro lado, la norma regula la presencia de animales en mercados o romerías y prohíbe el uso de estos en circos o en rifas o premios. A ver si se enteran los organizadores del sorteo de mi pueblo que cada año presenta a un cordero que se rifa junto a una televisión o un microondas. También se prohíbe la venta de perros, gatos o hurones en tiendas, y la cría de esos queda limitada a los criadores profesionales.
Sobre esta ley se ha criticado su tramitación conjunta con la reforma del Código Penal o por hacerlo por la vía de urgencia. Ambos hechos me parecen un error. En primer lugar, porque se ha dado lugar a la confusión entre el Código Penal y la ley, como cuando se habla del citado bulo de la rata, en referencia a la alusión a los animales vertebrados en el Código Penal afirmando que forma parte de la ley; y en segundo lugar, porque el hecho de tener cerca unas elecciones no justifica que haya que tramitar una norma de forma tan rápida. Quién sabe si algo podría haber cambiado si no hubiera sido así.
Otro punto que se ha debatido es si la norma crea un precedente para que las comunidades autónomas que sí incluyen a los perros de caza en su legislación modifiquen esta para excluirlos. Ya se ha dado un paso en La Rioja, y podrían venir otras comunidades detrás, algo que sin duda es preocupante.
En definitiva, la Ley de Protección Animal no es perfecta. Ni siquiera es la ley que nos hubiera gustado a quienes nos consideramos animalistas. Pero eso no significa que los cazadores, ganaderos, taurinos y maltratadores de animales estén dando saltos de alegría. De hecho, los propios cazadores no se han cansado de decir que les habría encantado que la ley no se aprobara, porque saben que aunque esta vez han conseguido que sus perros queden excluidos, la norma es un primer paso hacia la protección de más animales, en la que, les guste o no, algún día estarán esos perros.
Pero me pregunto si la exclusión de los perros de caza es un motivo para pedir la retirada de una ley que tiene puntos muy favorables en la protección de los animales. Puntos que ni siquiera se han debatido cuando se ha tocado el tema. Se ha dicho que sin los perros de caza, no era el momento para que se aprobara esta ley, que ya se haría otra más adelante, o que la protección a los animales de compañía ya está recogida en las leyes autonómicas y por eso no va a cambiar nada.
Y realmente, es dudoso que lleguemos a percibir un cambio de hoy para mañana. Esta ley ha generado mucha indignación entre diferentes sectores. Pero ya ha sido aprobada y entrará en vigor dentro de seis meses. Solo nos queda ver los puntos positivos y seguir luchando para que lo peor de la norma llegue a ser algún día cosa del pasado. Y si vas a criticar la ley, hazlo con el texto delante, no con bulos como el de la rata o el periquito.